Extrañas formas de vitaminas llamadas ‘antivitaminas’ pueden combatir las superbacterias resistentes a los antibióticos

Extrañas formas de vitaminas llamadas ‘antivitaminas’ pueden combatir las superbacterias resistentes a los antibióticos

El problemático talento de las bacterias para desarrollar resistencia a los antibióticos es una amenaza para la salud que crece rápidamente.

Esta capacidad tiene orígenes antiguos y está permitiendo que enfermedades como MRSA y gonorrea mata alrededor de 700.000 personas al año alrededor del mundo. Y estas superbacterias ahora están encontrando su camino hacia otros animales, como los delfines también.

Ahora, los científicos creen que pueden haber encontrado una forma alternativa de tratar las enfermedades infecciosas: moléculas

raras conocidas como “antivitaminas”.

Los antibióticos tradicionales se dirigen a la capacidad de las bacterias para leer sus propias instrucciones genéticas o construir sus paredes celulares protectoras, pero gracias a la habilidad de los microbios para robar genes entre sí y de su entorno, necesitamos cada vez más opciones para adelantarnos a sus tácticas altamente adaptativas.

Entonces, el microbiólogo Fabian von Pappenheim y sus colegas decidieron contribuir a la búsqueda global de alternativas a los antibióticos al jugar con la necesidad de vitaminas de las bacterias, inspirados por el uso de esta táctica por parte de las bacterias para matar bacterias competidoras.

Las vitaminas son vitales para todos los seres vivos para construir componentes celulares, fragmentos de tejido y ejecutar procesos celulares.

Las antivitaminas son lo suficientemente similares a sus equivalentes de vitamina

que engañan a los sistemas biológicos haciéndoles creer que son las mismas moléculas, pero ligeramente diferentes de una manera que las convierte en sustitutos catastróficamente defectuosos, inhibiendo así la función de las vitaminas y volviéndose tóxicas para las bacterias que las ingirieron. .

Hasta ahora, solo se han descrito tres antivitaminas naturales. Son roseoflavina (RoF) que actúa contra la vitamina B2 (riboflavina), ginkgotoxina (GT) la antivitamina de B6 (piridoxina) y 2′-metoxi-tiamina (MTh), que puede confundirse con B1 (tiamina).

Los investigadores utilizaron cristalografía de proteínas en E. coli y enzimas humanas para ver cómo funciona la antivitamina MTh B1 como toxina.

Descubrieron que la parte metilo de la molécula (CH3) se reemplaza por un grupo metoxi (O-CH3), que es más grande y altera la reacciones metabólicas B1 suele participar.

Elimina la proteína glutamato del resto de su molécula, lo que hace que los glutamatos se peguen entre sí y les impida participar en las reacciones.

Si bien este es solo uno de los muchos aspectos que aún deben resolverse antes de acercarnos a reemplazar los antibióticos, este estudio nos brinda otra opción para analizar en nuestra batalla en constante cambio contra las bacterias patógenas.

Esta investigación fue publicada en Biología química de la naturaleza.

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