Los estudios muestran que el aislamiento social está relacionado con niveles más altos de inflamación


Estar solo o aislado socialmente puede afectar negativamente su bienestar. Incluso hay investigaciones que demuestran que aumenta el riesgo de enfermedades como enfermedad cardiovascular, demencia y depresión.

Algunos investigadores sugieren que la soledad y el aislamiento social conducen a una peor salud porque aumentar la inflamación. La inflamación es cuando su cuerpo le dice a su sistema inmunitario que produzca químicos para combatir infecciones o lesiones. También puede ocurrir cuando experimentas estrés psicológico o social.

La inflamación local a corto plazo, como cuando te cortas accidentalmente el dedo, puede ser útil, pero tener una inflamación a largo plazo ligeramente elevada es asociado con mala salud. Los investigadores proponen que la soledad y el aislamiento social son vinculado a esta elevada inflamación a largo plazo

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En nuestro último estudio, queríamos ver si la soledad (el estado subjetivo de sentirse solo) y el aislamiento social (el estado objetivo de estar solo) están relacionados con la inflamación a largo plazo.

Para hacer esto, buscamos todos los estudios publicados que analizaron la soledad con inflamación o el aislamiento social con inflamación. Encontramos 14 estudios que examinaron la soledad y 16 que examinaron el aislamiento social.

Nuestro análisis reveló que las personas que están más aisladas socialmente tienen niveles más altos de dos sustancias químicas inflamatorias: proteína C reactiva y fibrinógeno. Proteína C-reactiva se usa comúnmente como un indicador de inflamación y los altos niveles están asociados con problemas de salud.

Fibrinógeno aumenta la coagulación de la sangre y es mayor cuando las personas tienen una lesión o trauma. Cuando las personas tienen niveles aumentados a largo plazo de estos marcadores inflamatorios, esto puede conducir a un mayor riesgo de peor salud con el tiempo.

¿Una respuesta evolucionada?

El aislamiento social podría estar relacionado con niveles más altos de inflamación por varias razones. Puede ser que el aislamiento social conduce a la inflamación. Hemos evolucionado para ser una especie social, por lo que estar socialmente aislado podría ser una fuente de estrés. Y el estrés tiene un efecto directo sobre el sistema inmune.

También es posible que evolucionemos para activar nuestra respuesta inmune cuando estamos aislados. Esto se debe a que cuando estamos solos podríamos tener un mayor riesgo de sufrir lesiones. Es posible que nuestro sistema inmunitario haya aprendido a activarse para prepararse para este mayor riesgo.

Tambien es posible que la inflamación conduzca al aislamiento social. Las personas que están enfermas y tienen niveles más altos de inflamación pueden sentir que no quieren estar cerca de otras personas. Esto podría deberse a que hemos evolucionado para querer aislarnos para no infectar a otras personas.

Las personas que tienen muchas enfermedades físicas también tienen niveles más altos de inflamación. Esas personas que tienen muchas enfermedades físicas a veces no son tan capaces de moverse y podrían aislarse socialmente debido a esto.

La evidencia que relaciona la soledad con la inflamación fue menos convincente. Encontramos algunas pruebas de que la soledad estaba relacionada con un químico inflamatorio llamado interleucina-6. Pero este no fue un hallazgo consistente y se basó en solo dos estudios.

Esto sugiere que puede no haber un efecto directo de la soledad en la inflamación. En cambio, la soledad puede cambiar la forma en que nuestro cuerpo responde al estrés. Hay investigaciones que demuestran que las personas solitarias son es más probable que tenga una respuesta inflamatoria mejorada al estrés.

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Nuestro estudio proporciona alguna evidencia de un vínculo entre el aislamiento social y la inflamación. Pero creemos que el vínculo entre la soledad y el aislamiento social con mala salud es mucho más complejo que la inflamación.

Para comprender mejor cómo la soledad y el aislamiento social influyen en la salud, necesitamos examinar una variedad de factores de riesgo biológicos, psicológicos y sociales, como la presión arterial, la salud mental, los ingresos y el apoyo social, ya que todos son asociado con aumento de la inflamación.

Para comprender mejor cómo la soledad y el aislamiento social afectan la salud, es posible que necesitemos pensar en una imagen más amplia más allá de la inflamación. Este estudio nos proporciona un primer paso útil para comprender parte de este panorama general.La conversación

Kimberley Smith, Profesor de Psicología de la Salud, Universidad de surrey.

Este artículo se republica de La conversación bajo una licencia Creative Commons. Leer el artículo original.

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