Usando ántrax para combatir el cáncer


Recientemente, los científicos probaron un método que utiliza el ántrax para atacar el cáncer de vejiga. El enfoque fue exitoso en experimentos con tejido humano y animal. Esperan que en el futuro sirva para tratar una variedad de cánceres.

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Los científicos están reutilizando el ántrax para combatir el cáncer de vejiga.

Según los Centros para el Control y la Prevención de Enfermedades (CDC), sobre 74,000 las personas desarrollan cáncer de vejiga cada año en los Estados Unidos, y cerca de 17,000 mueren de la enfermedad.

Además, el cáncer de vejiga a menudo regresa después de su extirpación, lo que hace que los tratamientos repetidos sean una característica común de la enfermedad.

Los tratamientos estándar para el cáncer de vejiga son invasivos y requieren mucho tiempo. La persona sometida a tratami ento debe sentarse durante al menos 2 horas con una vejiga llena de compuestos que matan el cáncer.

Para este procedimiento, los médicos suelen usar los medicamentos mitomicina C y Bacillus Calmette – Guérin (BCG). Los efectos secundarios, que incluyen síntomas urinarios, fiebre, una respuesta inflamatoria y cistitis, son comunes.

Para agregar a estos problemas, BCG actualmente es escaso. Está claro que necesitamos mejores opciones de tratamiento para este tipo de cáncer.

Investigadores de la Universidad de Purdue en West Lafayette, IN, están buscando soluciones en lugares poco probables. Actualmente, están investigando el uso de la toxina del ántrax, que la bacteria Bacillus Anthracis produce. Los investigadores publicaron sus hallazgos más recientes en el Revista Internacional de Cáncer.

Células de vejiga versus células cancerosas

Las llamadas células paraguas evitan que las células de la vejiga entren en contacto con la orina, y lo hacen de diferentes maneras. En primer lugar, forman uniones estrechas, donde las membranas celulares de las células adyacentes se conectan para formar una barrera.

En segundo lugar, producen una capa protectora que comprende una proteína llamada uroplakiny, en tercer lugar, llevan una capa aislante de glicosaminoglicanos.

En contraste, las células de cáncer de vejiga no forman uniones estrechas. También prácticamente no tienen uroplakin, y su capa de glicosaminoglicanos está mal ensamblada. Según los autores, estas diferencias presentan "una gran oportunidad para tratar tumores y minimizar los efectos sobre las células normales".

Sin embargo, debido a que el líquido se mueve a través de la vejiga relativamente rápido, es importante que cualquier medicamento contra el cáncer sea dirigido y funcione rápidamente.

Durante décadas, los científicos han conocido

que las células de cáncer de vejiga producen un número anormalmente alto de receptores del factor de crecimiento epidérmico (EGFR). Esta regulación positiva de los receptores de la hormona del crecimiento proporciona un objetivo al que apuntar.

Un nuevo enfoque para un viejo objetivo

Los intentos anteriores para atacar EGFR para tratar el cáncer de vejiga no han tenido éxito. Esto, explican los autores, se debe en parte a que estos medicamentos contra el cáncer dependían del EGFR para funcionar correctamente y tomar el medicamento. Sin embargo, en las células cancerosas de la vejiga, estos receptores no siempre funcionan normalmente, y los compuestos que matan el cáncer pueden no alcanzar su objetivo previsto.

Para evitar esto, los científicos combinaron el factor de crecimiento epidérmico con la toxina del ántrax, que puede ingresar a las células de forma independiente. Como explican los autores, puede "inducir su propia internalización".

Con esta combinación, los autores "atacaron y eliminaron eficazmente las células tumorales de vejiga humana, de ratón y canina". Es importante destacar que los efectos beneficiosos se produjeron en minutos, en lugar de horas.

"Hemos ideado efectivamente un método prometedor para matar las células cancerosas sin dañar las células normales de la vejiga ".

Autor del estudio R. Claudio Aguilar

Es importante destacar que los autores explican que debido a que solo se necesitan pequeñas cantidades de toxina del ántrax, incluso si algunas fugas de la vejiga al suministro de sangre, todavía sería seguro. Explican que "el componente de cada agente se diluiría independientemente, haciendo que el reensamblaje de toxinas sea prácticamente imposible".

De hecho, creen que su enfoque "es más seguro que cualquier otro enfoque basado en toxinas y salpicaduras reportado en la literatura".

Los autores creen que este descubrimiento podría ser un punto de inflexión en el tratamiento del cáncer de vejiga. Aunque este reciente estudio se centró en el cáncer de vejiga, los autores esperan que en el futuro, los científicos puedan usar esta técnica para combatir otros tipos de cáncer, como el cáncer de pulmón y de piel.

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