Explicador: ¿Qué sigue para el Líbano golpeado por la crisis?


Solo unas pocas palabras fueron necesarias para que el primer ministro libanés Saad Hariri anunciara su renuncia, luego de dos semanas de protestas masivas que sacudieron el Líbano de norte a sur, escribe la periodista árabe de Euronews, Samia Mekki.

"Escuché la voz de la gente, por eso renuncio", dijo el asediado PM islamista sunita, quien admitió que llegó a un "callejón sin salida" mientras buscaba encontrar una solución a la crisis.

¿Es este el problema de Hariri de "callejón sin salida" o se refiere a un país entero? ¿Y qué sigue para el Líbano cuando Hariri le pidió al presidente cristiano y aliado de Hezbolá que formara un gobierno provisional? ¿Y cuánto durará esta precaria situación?

¿Qué significa la renuncia para los manifestantes?

Para los cientos de miles de libaneses que salieron a las calles para expresar su enojo por lo que percibían como una élite política corrupta, la partida de Hariri es vista como una victoria.

Pero, ¿es suficiente?

Algunos manifestantes ven la renuncia como un primer paso pequeño en un largo proceso. Quieren la partida de todos los símbolos del sistema sectario en el Líbano, aquellos que han dominado el panorama político durante décadas.

Hariri y Hezbollah … queridos enemigos

La relación entre Saad, el hijo del primer ministro Rafik Hariri, asesinado en 2005, y Hezbolá nunca ha sido fluida.

El líder islamista sunita Saad Hariri y la organización islamista chiíta Hezbollah todavía tienen enfoques diferentes cuando se trata de muchos temas, particularmente la fuerte relación de este último con Irán y su participación en la guerra siria.

Sin embargo, el jefe de Hezbolá, Hassan Nasrallah, hablando antes de que Hariri renunciara, dijo que la renuncia del gobierno no generará las soluciones que los manifestantes exigen. Añadió que una administración tecnócrata será finalmente denunciada y forzada a renunciar.

Polarización regional y el enfrentamiento entre Irán y Arabia Saudita en suelo libanés

Durante décadas, el Líbano ha sido y sigue siendo el escenario de confrontación entre las dos mayores potencias regionales, Arabia Saudita e Irán.

Las manifestaciones proporcionaron material fértil para los teóricos de la conspiración en medio de acusaciones de que algunas potencias extranjeras están financiando y alimentando las protestas. Esto llevó a la oficina de medios de Hariri a negar estas acusaciones.

Al comienzo de las protestas, Riad emitió una advertencia a sus ciudadanos instándolos a actuar con precaución y abandonar el Líbano lo antes posible. Unos 870 ciudadanos sauditas han sido evacuados hasta ahora del país.

Al mismo tiempo, Teherán se mantuvo como un observador cauteloso de la situación en el Líbano. El ministro de Relaciones Exteriores de Irán, Javad Zarif, dijo hace unos días que su país apoya al gobierno libanés y a su pueblo para encontrar una solución a la crisis sin ninguna interferencia extranjera.

La incertidumbre política y la situación económica del Líbano

Un vacío político, a pesar de que el gobierno provisional lo llene momentáneamente, creará incertidumbre y aumentará la presión sobre la economía libanesa, que está amenazada de colapso.

La deuda pública del Líbano es del 150% del PIB. La economía del país sufre los efectos del despilfarro financiero y la corrupción endémica. Se ha agotado por años de la guerra en Siria y la carga de los refugiados que han huido del país vecino.

Líbano, con una población de cuatro millones de personas, alberga a 1,5 millones de refugiados sirios, que han huido de los enfrentamientos por la frontera.

Significaba que el pequeño Líbano es el hogar de la mayoría de los refugiados en el mundo como proporción de su población general.

¿Lo que sigue?

Hace unos días, Nasrallah de Hezbollah y su aliado, Nabih Berri, presidente del parlamento libanés, advirtieron contra el "caos y el vacío político" si las protestas continuaban.

Nasrallah incluso evocó la amenaza de una guerra civil, señalando que el país es un objetivo de los poderes regionales e internacionales. Tales comentarios provocaron duras críticas en el Líbano.

En medio de los desafíos de seguridad, geopolíticos y económicos del Líbano, quedan preguntas:

  • ¿El nuevo gobierno provisional resistirá la actual agitación política?
  • ¿Habrá elecciones parlamentarias rápidas como lo demandan algunos políticos en el Líbano, como el líder druso Walid Jumblatt?

Sin embargo, ni las elecciones ni las soluciones económicas paliativas inmediatas serán suficientes para evitar el peligro.

Los manifestantes salieron a las calles debido a las dificultades económicas, el deterioro del nivel de vida y el sistema sectario en el país.

A menos que los que están en el poder proporcionen soluciones radicales y no prostéticas para satisfacer las demandas de la calle, el Líbano permanecerá en el ojo de la tormenta y seguirá siendo un campo de batalla para las guerras por poder.

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