1967 Chevy Corvette destruye superdeportivos


Este C2 incluye un LT1 de doble turbo.

Si piensas derribar los superdeportivos modernos, necesitas algo moderno, prepárate para que te vuelvas loco. Este famoso Chevrolet Corvette Stingray de 1967 golpea regularmente a los superdeportivos. Es cierto que lo hace con una magia moderna conocida como el LT1 de 6.2 litros, un Small Block V8 con muchos trucos bajo la manga.

Cualquiera que conozca los Chevy Corvettes y, especialmente, los C2, debe vincular este automóvil inmediatamente más allá del stock. Incluso si está estacionado y apagado, esos neumáticos traseros de ancho masivo son un claro indicio de que algo siniestro está sucediendo debajo del capó. Una vez que se enciende, los turbos gemelos y el escape mejorado se combinan con el LT1 para una sinfonía que no olvidará pronto.

En el video puedes ver a este Stingray derrotado en una competencia impresionante en el Pikes Peak Airstrip Attack 2018. El Chevrolet gana cada carrera con un margen cómodo, que muestra cuán dominante es en aceleración en línea recta. Estaba terminando carreras de media milla a una velocidad de 157 a 175 mph, lo cual es bastante impresionante.

Los detalles de esta construcción son impresionantes. Recién salido de la caja, Chevrolet dice que el LT1 6.2 litros genera 460 caballos de fuerza a 6000 rpm, lo cual es respetable pero obviamente no es suficiente para este propietario de C2 ya que decidió optar por una configuración de inducción forzada. En realidad, admitió que sus hijos lo convencieron, pero no duda que no se arrepienta de eso ahora.

Dos turbos de 62 mm alimentan el motor con 18 a 20 libras de impulso. Esto combinado con el LT1 genera alrededor de 900 caballos de fuerza, lo que debería ser suficiente para volar casi todo lo demás fuera del agua. Para manejar toda esa potencia, el propietario dejó caer un 200R4 de un Buick Grand National, también en parte porque la transmisión encaja en el estrecho túnel de transmisión del C2. Los recortes en los tubos laterales, además de gatos y dos silenciadores de bala en cada lado evitan que la nota de escape separe los tímpanos de par en par.



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