Desafíos para una nueva economía de innovación

La pandemia de COVID-19 en curso obligará a la mayoría de las empresas y otras organizaciones a redefinir su visión estratégica para el futuro. Más que nunca, este será el momento de una economía de innovación eficaz que se centre en la creación de valor y la creatividad del talento.

En un momento de mayor convergencia en ciencia e innovación, las empresas, las universidades, como centros de competencia, tienen la oportunidad de desarrollar una nueva agenda que se basa en un compromiso entre la excelencia de la estrategia y la capacidad para asegurar resultados efectivos. Necesitamos una nueva ambición de otorgar a la innovación un papel claro en la agenda de competitividad de las regiones y países. Nuestra sociedad y nuestra economía se enfrentan ahora a nuevos desafíos de innovación, y todos serán un actor clave en esta agenda del futuro.

La innovación exige una asociación efectiva entre todos los actores de la sociedad – las estructuras del Estado, las universidades, las empresas y la sociedad civil – para construir una estrategia real de confianza en la implementación de las diferentes políticas. El enfoque en la innovación y el conocimiento como motores de creación de valor agregado con difusión internacional es un desafío único que puede ser la respuesta a una nueva forma de interacción entre quienes tienen la responsabilidad de pensar y quienes tienen la responsabilidad de producir bienes y servicios. .

Este será el punto de partida para dar a la economía de la innovación un sentido de confianza esencial para su éxito.

Estos ecosistemas de innovación deben estar centrados en una cultura y actitud emprendedora activa. Las empresas y universidades de la nueva economía del conocimiento a menudo tienen una actitud negativa efectiva hacia el riesgo financiero. Necesitamos que nuestra economía tenga un nuevo desafío. Estos ecosistemas de innovación deben ser una plataforma real de intercambio de competencias que sea capaz de contribuir a una economía más emprendedora y centrada en nuevas áreas de conocimiento y nuevos sectores de valor.

En una economía moderna y activa, la palabra clave es la co-creación. Impulsar un proceso de creación dinámico y activo, que involucre empresas y universidades, es el principal desafío en los próximos años.

Una economía de la innovación debe ser el ejemplo más completo de actitud positiva hacia el futuro. Capital, talento y redes deben ser la nueva ventaja competitiva de quienes creemos en un nuevo sentido de modernidad, valor agregado y excelencia. Esta debe ser una idea muy clara que se adapte a los mayores retos a los que se enfrenta esta economía de la innovación. La economía de la innovación no está determinada por la ley, sino que se basa en cada acto de cooperación entre empresas y universidades que enfrentan una desafiante agenda de creación de valor con influencia y participación global.

La crisis del Coronavirus o el último año y medio ha sido un momento muy difícil. Es en estos tiempos difíciles y complejos que debemos enfrentar los desafíos del futuro. La nueva economía de la innovación que queremos construir y consolidar es un buen ejemplo de este proceso de reinicio, reinvención y reconexión, todos los cuales son motores clave para el futuro de nuestra sociedad común.

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