Hagedorn y sus colaboradores han conseguido criopreservar larvas desde 2018, pero el proceso era complicado y para descongelarlos se necesitaban láseres sofisticados para calentarlos a una velocidad de más de 1.000.000 °C por minuto. Ahora, el equipo de Hagedorn ha ideado y probado un método simplificado. Las larvas se deshidratan sobre una malla de acero, se sumergen en un crioprotector y se sumergen en nitróg eno líquido. Para descongelarlas, se pone la malla en una solución de rehidratación a temperatura ambiente. Si todo va bien, las larvas se alejan nadando en dos horas. “Ha sido un gran avance”, dice Hagedorn. “Y lo que eso significa es que podemos detener la extinción de especies, y de una manera muy fácil de usar”.
También ha habido avances en la preservación de los corales adultos. En agosto, Powell-Palm, Hagedorn y otros Anunciado
Si –y Hagedorn enfatiza la si—Se perfeccione la vitrificación isocórica, sería un punto de inflexión. En lugar de requerir que los investigadores esperen las pocas noches al año en que los corales desovan para capturar su esperma y larvas, este método les permitirá recolectar y criopreservar corales cuando sea conveniente. Los fragmentos descongelados crecerían hasta formar colonias más grandes y algún día también se reproducirían, lo que ayudaría a reactivar los arrecifes muertos o en dificultades.
Sin embargo, el problema más difícil de resolver podría ser el tiempo. A medida que las altas temperaturas, el agua ácida, la contaminación y las enfermedades azotan a los corales, es posible que se vuelvan demasiado enfermizos para soportar el estrés de la criopreservación. Los corales deben recolectarse lo antes posible, dice Hagedorn, mientras su salud esté prácticamente intacta.
Al mismo tiempo, está planificando un programa de conservación que puede durar décadas, incluso siglos, porque los océanos pueden seguir calentándose durante muchas generaciones, incluso en el caso de que se tomen medidas climáticas decisivas. Hagedorn está investigando la viabilidad de almacenar coral y otros tejidos animales en partes permanentemente frías de la luna. Si ocurriera algún desastre sobre los depósitos de coral en la Tierra, las muestras escondidas en tubos de lava lunares o cráteres sombreados podrían persistir durante siglos.
Allison Guy informa sobre salud y medio ambiente.