Animados por la visita de Johnson, los funcionarios del Reino Unido ahora esperan que el resto de la UE acepte trabajar en la solución del Brexit.


LONDRES (Reuters) – Gran Bretaña espera que el resto de la Unión Europea se quede atrás de Francia y Alemania y acuerde trabajar para resolver un punto muerto sobre el Brexit, con funcionarios que perciben un rayo de esperanza después de las reuniones de esta semana, pero conscientes de la necesidad de un consenso más amplio en Europa.

Gran Bretaña está en camino de abandonar la UE, su mayor socio comercial, el 31 de octubre sin ningún acuerdo formal para suavizar el divorcio sin precedentes, a menos que ambas partes acuerden reabrir las conversaciones estancadas y encontrar una manera de resolver sus diferencias.

Esta semana, algunos periódicos británicos aplaudieron lo que llamaron un gran avance y la libra esterlina subió después de que tanto la canciller alemana Angela Merkel como el presidente francés Emmanuel Macron le ofrecieron al primer ministro Boris Johnson lo que describió como "ruidos positivos" sobre su disposición a considerar un acuerdo de salida.

Pero Berlín, París y Bruselas dijeron que la posición del bloque no había cambiado: el Acuerdo de Retirada alcanzado el año pasado por la entonces primera ministra Theresa May no cambiará mucho. Y el tiempo corre.

Los funcionarios británicos también estaban ansiosos por calmar el discurso de una gran victoria diplomática, pero dijeron que estaban contentos por la forma en que las primeras visitas al exterior del primer ministro se habían llevado a cabo y que había habido una clara voluntad de hablar sobre soluciones.

Una fuente separada en la oficina de Johnson dijo que si bien las reuniones habían sido un éxito en términos de establecer una buena relación entre el primer ministro y los dos líderes más poderosos de la UE, el resto del bloque necesitaba mostrar el mismo deseo de trabajar en una solución.

La fuente dijo que Johnson no cometería el error de pensar que Merkel solo podría entregar un nuevo acuerdo para Gran Bretaña, criticando a los gobiernos anteriores por estar demasiado interesados ​​en la idea de que el canciller alemán podría ser el "salvador" de Gran Bretaña.

En una señal alentadora, el primer ministro holandés, Mark Rutte, dijo el viernes que estaría dispuesto a escuchar planes alternativos para el respaldo irlandés, el mayor obstáculo para el acuerdo, pero advirtió que no había una solución fácil.

Es probable que la necesidad de un apoyo más amplio se transmita a Donald Tusk, presidente del Consejo Europeo que reúne a todos los líderes de los estados miembros de la UE, cuando se reúna con Johnson el domingo en una cumbre del G7 en el centro turístico francés de Biarritz.

La reunión con Tusk, quien ha sido un crítico constante de la decisión de Gran Bretaña de abandonar la UE y su manejo de las negociaciones, dará alguna indicación sobre cuánto apetito hay para trabajar por un acuerdo entre el resto del bloque.



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