Boom en el software que espía a los trabajadores remotos, escuchan los eurodiputados

Boom en el software que espía a los trabajadores remotos, escuchan los eurodiputados

Las empresas utilizan cada vez más software para espiar a los empleados que trabajan de forma remota, dijo a los eurodiputados el lunes (23 de enero) el analista forense informático polaco Maciej Broniarz.

“El mercado de spyware altamente intrusivo está creciendo como una bola de nieve”, advirtió Broniarz.

Las herramientas de monitoreo remoto, también conocidas como Bossware, tienen el potencial de violar la privacidad de los empleados desprevenidos, dijo. Dijo que el problema de dicho software “puede conducir a violaciones de la privacidad comparables que son muy similares a las de, por ejemplo, Pegasus”.

Pegasus fue desarrollado por el grupo israelí NOS y vendido a algunos gobiernos, incluso en Europa, para luchar contra el terrorismo u otros delitos graves.

Pero también se ha utilizado contra políticos de la oposición en Polonia, periodistas en Hungría y algunos eurodiputados.

Mientras tanto, Bossware permite a las empresas rastrear digitalmente a las personas, tomando capturas de pantalla o registrando pulsaciones de teclas sin que los empleados lo sepan.

Uno estudio encontró que la demanda mundial para el software de monitoreo de empleados aumentó en un 58 por ciento de marzo de 2020 a septiembre de 2022, en comparación con 2019.

una mas reciente encuesta en EE. UU. de septiembre pasado dijo que alrededor del 60 por ciento de las empresas con empleados que trabajan de forma remota están utilizando software de monitoreo para rastrear la actividad y la productividad de los empleados.

Otro, de Electronic Frontier Foundation, una ONG, dice que es importante entender cómo el monitoreo remoto afecta la salud, la seguridad, los medios de subsistencia y los derechos de negociación colectiva de los trabajadores. También advirtió que los sesgos de inteligencia artificial incorporados en el monitoreo remoto plantean problemas adicionales cuando se trata de medir la productividad.

Pero persisten los problemas sobre la privacidad y los derechos de protección de datos, dijo Broniarz.

“Se debe principalmente a la falta de supervisión general y discusión sobre ese tema”, dijo, y señaló que las políticas internas de algunas empresas tienden a saltarse las normas de protección de datos de la UE.

Uno de esos casos el año pasado llevó a un tribunal holandés a dictaminar que Chetu, una empresa con sede en Florida, había violado los derechos humanos de un teleoperador holandés. El empleador remoto holandés había eludido la vigilancia de los trabajadores por cámara web de Chetu apagándola. Luego lo despidieron por ello.

Sin embargo, el tribunal holandés, citando el Convenio Europeo de Derechos Humanos, dijo que “la videovigilancia de un empleado en el lugar de trabajo, ya sea encubierta o no, debe considerarse una intrusión considerable en la vida privada del empleado”.

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