Acabamos de acercarnos a comprender cómo el TEPT comienza a desarrollarse en la mente


Casi una cuarta parte de las personas que experimentan un trauma severo desarrollan PTSD (o trastorno de estrés postraumático), y un nuevo estudio podría ayudar a los médicos a comprender mejor cómo uno conduce al otro. Con el tiempo, esto también podría conducir a mejores tratamientos.

Como un tipo de trastorno de ansiedad, TEPT comprende cuatro grupos principales de síntomas, que pueden incluir flashbacks y reacciones físicas a ellos, mayor ansiedad, entumecimiento emocional y evitar cualquier cosa asociada con el evento traumático.

La nueva investigación indica que el TEPT se desarrolla a lo largo de dos pistas separadas: una que involucra condicionamiento de miedo y pensamientos intrusivos, y uno que involucra síntomas asociados con la depresión.

Esas dos pistas podrían identificarse y tratarse por separado, dice el equipo detrás del estudio. Con base en esta evidencia, es "críticamente importante" que los potenciales pacientes con TEPT sean diagnosticados y reciban ayuda lo antes posible.

"Tener PTSD no es como la gripe en la que un día te despiertas con un virus y te sientes enfermo". dice el psicólogo Matthew Price, de la Universidad de Vermont. "Es un sistema complejo donde se desarrolla una serie de síntomas, se desarrollan sobre sí mismos y se influyen mutuamente con el tiempo.

"Después de aproximadamente un mes, la suerte está echada, así que para comprender y prevenir el TEPT, es muy importante mapear la dinámica de cómo se desarrollan las cosas desde el principio".

Obtener información sobre las causas y el desarrollo del trastorno de estrés postraumático es muy complicado: después de eventos traumáticos, la mayoría de las personas están ansiosas por continuar con sus vidas lo más rápido posible, y eso no implica estadías prolongadas en el hospital o responder preguntas sobre lo que sucedió.

En el caso de este estudio, los investigadores utilizaron un nuevo enfoque, que incluía preguntas formuladas por mensaje de texto en los primeros 30 días después de un evento traumático. Los 80 participantes en el estudio fueron libres de responder cuando se sintieron capaces de hacerlo.

Las preguntas y respuestas proporcionaron una imagen diaria de cómo las personas reaccionaban a los eventos que habían experimentado. Luego se usó una técnica estadística llamada modelado dinámico a corto plazo para descifrar patrones en las respuestas.

En particular, los investigadores querían saber qué síntomas actuaban como grandes influenciadores, qué síntomas fueron desarrollados y fortalecidos por esos influyentes, y qué síntomas aparecieron independientemente de los influyentes.

"Para una serie de síntomas, la cadena de síntomas se parecía mucho al condicionamiento del miedo". dice precio. "Las personas primero tuvieron pensamientos intrusos y desagradables sobre lo que les sucedió, lo que les llevó a evitar hacer cosas que les recuerden su trauma, y ​​esa evitación condujo a la hipervigilancia".

"La depresión no fue influenciada por otros síntomas y no fue un factor de influencia; fue por sí sola y se autoperpetuaba".

Esa separación del miedo y la depresión les da a los médicos dos objetivos en el futuro. En el trastorno de estrés postraumático en toda regla, el condicionamiento por miedo y la depresión están estrechamente relacionados, lo que sugiere que hay una oportunidad antes de que eso suceda.

El acondicionamiento del miedo puede abordarse mediante diferentes formas de terapia de exposición, por ejemplo, mientras que la depresión puede tratarse a través de métodos más cognitivos.

Y tan difícil como es hacer que la gente piense sobre el TEPT en los días posteriores a un evento traumático, estos métodos podrían resultar cruciales para evitar que aparezca. Aquellos con fuertes reacciones a los recordatorios de su trauma podrían ser buenos candidatos para el tratamiento, sugieren los investigadores.

Si bien todavía hay mucho que no sabemos sobre el TEPT, los científicos están aprendiendo más sobre cómo pensamientos temerosos imponer en el cerebro, y las formas en que las experiencias traumáticas realmente reconectar nuestro pensamiento. Esta última investigación es otro paso adelante.

"Esta investigación está tratando de reconstruir el aspecto que puede tener este proceso a medida que se desarrolla para que podamos comenzar a desarrollar tratamientos que puedan llevarlo a cabo en esta fase muy aguda". dice precio. "Hay mucho más trabajo por hacer".

La investigación ha sido publicada en Depresion y ansiedad.

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