La NASA ha detectado un extraño movimiento orbital de dos de las lunas de Neptuno


La vida no siempre es fácil para los astrofísicos: justo cuando han descubierto otro aspecto de los patrones de movimiento en nuestro Sistema Solar, aparecen dos de las lunas de Neptuno para arruinar todo.

Las dos lunas en cuestión son Náyade y Thalassa, ambos alrededor de 100 kilómetros o 62 millas de ancho, que corren alrededor de su planeta en lo que los investigadores de la NASA llaman una "danza de evasión".

En comparación con Thalassa, la órbita de Naiad está inclinada unos cinco grados: pasa la mitad de su tiempo por encima de Thalassa y la otra mitad por debajo, en una órbita vinculada que es diferente a cualquier otra cosa registrada.

"Nos referimos a este patrón repetitivo como una resonancia" dice el físico Marina Brozovic, del Laboratorio de Propulsión a Chorro de la NASA. "Hay muchos tipos diferentes de danzas que los planetas, las lunas y los asteroides pueden seguir, pero este nunca se había visto antes".

Las órbitas de las dos pequeñas lunas están separadas por solo 1.850 kilómetros (1.150 millas), pero están perfectamente sincronizadas y coreografiadas para evitarse mutuamente. Naiad tarda siete horas en rodear a Neptuno, mientras que Thalassa tarda siete horas y media en la pista exterior.

Si estuvieras estacionado en Thalassa, verías a Naiad pasando arriba y abajo en un patrón que se repetiría cada cuatro bucles, ya que Naiad repetidamente da vueltas a su vecino. Los investigadores dicen que estas maniobras mantienen las órbitas estables.

El equipo utilizó datos recopilados entre 1981 y 2016 de telescopios en la Tierra, Voyager 2 y el telescopio espacial Hubble para determinar cómo Naiad y Thalassa se están moviendo alrededor del gigante de hielo que llaman hogar.

Estas lunas son dos de los 14 satélites confirmados para Neptuno, y dos de las siete llamadas lunas internas, un sistema muy apretado entrelazado con anillos débiles.

Según los investigadores, la captura de la gran luna de Neptuno Tritón podría explicar de dónde se originaron Naiad y Thalassa, y cómo llegaron a girar alrededor de su planeta de una manera tan inusual.

Las lunas internas pueden representar las sobras de Tritón, sugiere el equipo, con Naiad finalmente pateada en su órbita inclinada a través de una interacción con otro de estos vecinos cercanos.

Además de trazar las órbitas de Naiad y Thalassa, el nuevo estudio también ha podido dar los primeros pasos para determinar la composición de las lunas internas de Neptuno, que parecen estar formadas por algo similar al hielo de agua.

"Siempre estamos entusiasmados de encontrar estas codependencias entre lunas" dice el astrónomo planetario Mark Showalter, del Instituto SETI.

"Naiad y Thalassa probablemente han estado encerrados juntos en esta configuración durante mucho tiempo, porque hace que sus órbitas sean más estables. Mantienen la paz al no acercarse demasiado".

La investigación ha sido publicada en Ícaro.

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