La mayoría de los pescadores conocen los síntomas: ojos saltones, estómago que sobresale de la boca, abdomen distendido y falta de equilibrio cuando regresan al agua. Cuando se liberan, estos peces no pueden sumergirse, lo que los hace fáciles de atrapar para los depredadores. Además, el barotrauma prolongado causa daño anatómico irreversible y estrés fisiológico prolongado, que a menudo conduce a la muerte.