Cómo CRISPR ayudará al mundo a hacer frente al cambio climático

Cómo CRISPR ayudará al mundo a hacer frente al cambio climático

“Lo interesante de CRISPR para la edición de genes es que puedes realizar cambios exactamente donde quieras”, dice Emma Kovak, analista senior de alimentación y agricultura del Breakthrough Institute. “Es absolutamente enorme en términos de ahorro de tiempo y dinero”.

Sin embargo, a pesar de lo poderoso y preciso que es CRISPR, todavía se necesita un trabajo considerable para apuntar a la parte correcta del genoma, evaluar si algún cambio proporciona los beneficios esperados y, lo que es más importante, garantizar que ninguna edición no se produzca en el coste de la sanidad vegetal general o de la seguridad alimentaria.

Pero las herramientas mejoradas de edición de genes también han ayudado a revivir y acelerar investigación

a entender mejor los complejos genomas de las plantas, que a menudo son varias veces más largos que el genoma humano. Este trabajo está ayudando a los científicos a identificar los genes responsables de rasgos relevantes y los cambios que podrían generar mejoras.

Doudna dice que veremos muchos más cultivos modificados para reforzar la resiliencia al cambio climático a medida que avance la investigación en este campo.

“En el futuro, a medida que descubramos más y más de esos rasgos genéticos fundamentales, CRISPR puede convertirse en una aplicación muy práctica para crear los tipos de plantas que harán frente a estos desafíos venideros”, afirma.

Plantas prácticas y vacas educadas.

Los esfuerzos del IGI por desarrollar un tipo de arroz que podrían ser más tolerantes a la sequía que las variedades estándar resaltan tanto las promesas como los desafíos futuros.

Varios grupos de investigación han utilizado CRISPR para desactivar un gen que influye en el número de pequeños poros de las hojas de la planta. Estos poros, conocidos como estomas, permiten que el arroz absorba dióxido de carbono, emita oxígeno y libere agua como medio para controlar la temperatura. La esperanza es que con menos estomas, las plantas puedan conservar más agua para sobrevivir y crecer en condiciones más secas.

Pero ha demostrado ser un acto de equilibrio complicado. Los esfuerzos de investigación anteriores eliminaron el llamado gen STOMAGEN. Eso eliminó hasta el 80% de los poros, lo que ciertamente redujo la pérdida de agua. Pero también socavó la capacidad de las plantas para absorber dióxido de carbono y liberar oxígeno, los cuales son críticos para la fotosíntesis.