el alto costo de las entregas ultrarrápidas de comestibles

el alto costo de las entregas ultrarrápidas de comestibles

‘Todo lo que necesitas, a un clic de distancia’ (y un máximo de 30 minutos de espera en tu sofá). El reclamo publicitario es bien conocido, sobre todo desde la irrupción del coronavirus.

Entre otros grandes procesos de cambio, la pandemia impactó en los patrones de consumo de las personas. Obligados a pasar largos períodos de tiempo en casa y a la distancia social de los demás, las personas comenzaron a trabajar de forma remota, pedir más comida desde casa, comprar más artículos en línea o hacer sus compras de comestibles a través de una aplicación móvil.

  • Si no se cumplen los objetivos, una advertencia oficial. Si el ciclista va demasiado lento, una advertencia oficial. Después de tres strikes, quedan fuera (Foto: Unsplash)

En cuestión de meses, todos estos sectores florecieron: altos niveles de demanda, ambiciosos planes de crecimiento y expansión, grandes rondas de inversión… el resultado fue más aperturas y puestos de trabajo, así como un impulso en el valor de mercado de las start-ups que siguieron multiplicándose, como Dija, Gopuff, Getir y Gorilas.

Este último, con sede en Alemania, alcanzó una valoración de mercado de 3 billones de dólares (2.770 millones de euros). Sin embargo, ahora de vuelta a la ‘nueva normalidad’, las previsiones ya no eran tan halagüeñas y se invirtieron las tornas.

A finales del año pasado, Gorillas fue adquirida por su rival turco, Getir, por 1.200 millones de dólares (1.100 millones de euros). Unos meses antes, la compañía había despedido al 40 por ciento de su plantilla en España en una drástica reducción de su negocio en el país, así como la mitad de los empleados en su sede de Berlín.

Los despidos fueron solo la cara más visible de cómo los planes de estas startups dieron un giro drástico. El costo real viene detrás de escena, el proceso desde que pides el producto en la aplicación hasta que lo recibes 15 minutos después en tu puerta. Y los que la padecen son sus trabajadores.

“El entorno empresarial hipercompetitivo aparentemente ha llevado a la organización del trabajo de comercio rápido, lo que ha resultado en una mayor precariedad para los trabajadores”, subraya el estudio de políticas “¿Regreso a la Edad Media? El comercio rápido y el panorama cambiante del trabajo minorista”. , publicado esta semana por UNI Europa y la Fundación de Estudios Progresistas Europeos (FEPS).

Su principal conclusión es que, a pesar de la suposición de mejores condiciones laborales que otros trabajadores de plataformas digitales, la realidad se ve diferente.

Con la profesionalización de este modelo y la presión de los inversionistas por más ganancias, los trabajadores entrevistados para el estudio revelaron que esta presión cae sobre sus hombros, lo que resulta en baja moral, altas cargas de trabajo, turnos de trabajo impredecibles, altos niveles de estrés, alta rotación de personal. y control algorítmico excesivo.

“Te tratan como un número”, dijo un repartidor en un dark store (almacenes cerrados para la venta directa al público) en España.

El empleo directo no siempre se traduce en una reducción de la precariedad de sus trabajadores, señala el estudio.

Aunque el modelo emplea a parte de su personal por horas o en un horario fijo de 9 am a 5 pm, las tiendas generalmente están abiertas desde muy temprano en la mañana hasta alrededor de la medianoche, y los algoritmos administran la cantidad de personal necesario cada semana, o en qué turnos ser atendido.

Entonces, una tienda puede tener siete conductores de entrega por turno una semana y tres la siguiente. Los sistemas están automatizados, explican los trabajadores de estas tiendas, quienes cuentan cómo les sancionan si se toman más de siete minutos libres, o no cumplen con los estrictos tiempos de entrega.

Con el sistema de asignaciones, “básicamente estás viajando hacia el almacén y, como a una cuadra de distancia, ya tenías otra asignación”, explicó otro ciclista en Alemania.

El algoritmo no mide si nieva, truena, llueve o si al trabajador le duele la espalda de llevar varios pedidos o si hay sobrecarga en la bicicleta. Si no se cumplen los objetivos, una advertencia oficial. Si el ciclista va demasiado lento, una advertencia oficial. Después de tres strikes, están fuera.

E incluso con una sola advertencia, los trabajadores en Alemania pueden ser despedidos durante su período de prueba, que puede durar hasta medio año, dice el informe.

“En período de prueba, puedes terminar sin motivo. Es muy regular. Cuando las personas están en período de prueba, pueden perder un turno y nos dicen, ‘deshazte de ellos'”, cuenta un gerente de tienda en Alemania.

Además, el sistema de bonificación que complementaba estos salarios ha cambiado y los objetivos se han vuelto “poco realistas” e “inalcanzables”, explicaron los entrevistados a UNI Europa. Esto hace que estos trabajos sean menos atractivos: los trabajadores de estas ‘tiendas oscuras’ ganan entre 10,85 € la hora en España con Getir o Glovo, y 12 € la hora en Alemania con Gorillas.

El estudio también muestra cómo algunos de estos trabajadores tienen que asumir múltiples trabajos para poder pagar sus necesidades básicas cada mes.

Con esto en mente, los autores presentan varias propuestas. En primer lugar, que se debe impulsar la directiva sobre trabajadores de plataformas para garantizar estándares laborales mínimos en la UE.

En segundo lugar, se deben incluir disposiciones específicas sobre la aplicación en las directivas laborales de la UE, ya que la implementación de la legislación laboral nacional y de la UE es competencia de los estados miembros.

Y en tercer lugar, que se podría proporcionar algún tipo de coordinación y apoyo a nivel de la UE, por ejemplo, a través de una Autoridad Laboral Europea que pueda actuar más allá de los asuntos transfronterizos.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *