Estabilidad financiera en la última milla

Desbloquea Editor’s Digest gratis

El sentimiento económico en las reuniones del FMI y el Banco Mundial de la semana pasada fue optimista, al menos en comparación con las advertencias de una recuperación lenta en las últimas reuniones de octubre. El factor decisivo para el estado de ánimo es la sorprendente resiliencia del sistema financiero global. Los bancos centrales están cerca de alcanzar sus niveles máximos de tasas de interés y las tensiones geopolíticas están aumentando, pero el sistema parece estar saliendo ade lante.

Pero los informes del FMI y del Consejo de Estabilidad Financiera, que supervisa el sistema financiero mundial, coinciden en que persisten algunos riesgos notables y que podrían surgir riesgos ocultos en el accidentado camino hacia la lucha contra la inflación. Los políticos deben estar atentos.

En primer lugar, las valoraciones exageradas entre las clases de activos y la alta correlación podrían resultar una combinación tóxica. Los inversores habían aprovechado la expectativa de una caída de las tasas de interés y un aumento de las ganancias. A pesar de las señales de menos recortes inminentes, las valoraciones del mercado siguen siendo alcistas a medida que las compras continuas hacen subir el precio de los activos, desde las acciones de los Siete Magníficos hasta las criptomonedas volátiles, y el apetito generalizado por el riesgo continúa elevando los bonos, las acciones, el crédito y las materias primas. La correlación promedio se dispara por encima del nivel histórico número 90. percentil. Un cambio en el sentimiento de los inversores podría resultar catastrófico, ya que las caídas de precios se extenderían a todas las clases de activos y llevarían a un deterioro de las condiciones financieras globales.

Además, el sistema bancario en la sombra –una serie de instituciones financieras que van desde fondos de cobertura hasta compañías de seguros– todavía carece de liquidez para hacer frente a los ajustes de precios, según el FSB. A pesar de las recientes crisis que han llamado la atención de los reguladores sobre el sector, años de altas tasas de interés y crisis sucesivas han empeorado la situación y han agotado aún más las arcas gubernamentales. Un aumento en los márgenes o en las garantías podría llevar a ventas forzosas por parte de los bancos en la sombra, lo que podría extender la tensión al sistema global.

También hay puntos débiles en el sistema bancario. Los precios de los bienes raíces comerciales (CRE) han disminuido desde el brote de COVID-19. Los sistemas bancarios de algunos países están extremadamente sobreexpuestos, en particular Chipre, Malasia y Corea del Sur, y los bancos regionales estadounidenses están muy expuestos, aunque los reguladores estadounidenses parecen estar más atentos desde el colapso del Silicon Valley Bank. Nuevas caídas de precios podrían llevar a quiebras de los bancos locales, con la posibilidad de un contagio global. Las pérdidas debidas a la caída de los precios de los CRE y a los activos deficientes también han llevado a una reducción de los ratios de capital. Según el FMI, el 19 por ciento de los activos bancarios mundiales están ahora en manos de bancos que no cumplen con sus directrices de ratio de capital, muchos de ellos en China.

La deuda pública mundial se encuentra en un nivel preocupante. En un año electoral récord, será más difícil para los gobiernos controlar el gasto y las promesas fiscales, incluso cuando la dinámica de la deuda parece preocupante. La deuda estadounidense es particularmente preocupante. Los altos y volátiles rendimientos de los bonos del Tesoro estadounidense –que respaldan los precios en los mercados financieros– corren el riesgo de aumentar las presiones globales sobre las tasas de interés. La reciente apreciación del dólar también podría provocar que los países de bajos ingresos entren en default, lo que, si bien no es desestabilizador globalmente, perjudicaría a cientos de millones de personas pobres.

Estos riesgos son importantes, pero las cuestiones pendientes pueden abordarse. Después de una década de resaltar el problema, los reguladores deben avanzar en la mejora de la transparencia en el sistema bancario paralelo. Dada la creciente incertidumbre, las pruebas de tensión y el seguimiento de la liquidez siguen siendo importantes. Los bancos centrales también deben ser claros y cuidadosos en su comunicación. Las autoridades pueden financiar el alivio de la deuda y desarrollar marcos que permitan una respuesta rápida a los bancos en quiebra.

Este ciclo de aumentos de las tasas de interés podría tener un final positivo si se contuviera la inflación y el sistema financiero estuviera intacto. Sin embargo, esto podría significar que los precios de los activos se mantendrán altos, lo que aumenta el espectro de que la agenda centrada en la inflación aún podría no alcanzar su objetivo.

Heaven32: