“Estamos felizmente casados, gays mediocres”: tenemos 58 años, ganamos 160.000 dólares y ahorramos 2,2 millones de dólares. Crecimos en la pobreza. Nuestras familias nos tratan como cajeros automáticos. ¿Estamos bien?
“Nuestros parientes son muy pobres y nuestros conocidos son hombres solteros que viven de sueldo en sueldo, profesionales de gran éxito o hijos de familias adineradas”.