Estos ventisqueros artificiales protegen a las crías de foca del cambio climático

Cuando llegan el hielo y la nieve, los equipos entran en acción, junto con grupos dirigidos por la organización benéfica World Wildlife Fund en la parte sur del lago Saimaa. Todos los voluntarios de hoy, incluida una enfermera y un instructor de yoga, están construyendo hábitats para focas por primera vez. Sus destinos están trazados en un mapa que se mantiene en secreto según la ley finlandesa para proteger a estas raras criaturas. El primer sitio está en una cala protegida a la sombra de rocas y árboles en el lado norte de una pequeña isla, donde los ventisqueros que forman estarán protegidos del derretimiento durante la primavera. Al llegar, Ilmonen martilla una pesada púa de metal llamada Tirar a la basura

a través del hielo y utiliza una vara de medir para comprobar que hay cerca de un metro de espacio para que las focas naden debajo.

Hoy los niveles son correctos y marca una zona para el ventisquero. La construcción comienza arrojando nieve suelta hacia un banco de unos ocho metros (26 pies) de largo y tres metros de ancho. A medida que la nieve se acumula, Ilmonen la aplasta para formar capas compactas hasta que alcanza una altura de aproximadamente un metro. Si todo va según lo previsto, las nuevas nevadas añadirán una capa adicional de cobertura.

Durante la última década, científicos de la Universidad del Este de Finlandia y la agencia de parques finlandesa han desarrollado las ubicaciones, diseños y métodos de construcción de los ventisqueros antropogénicos. Cada año se recopilan datos mediante un censo de focas (algunos años con la ayuda de cámaras trampa que registran las preferencias de las focas y el desempeño de sus refugios), y el proceso se modifica el año siguiente. Los primeros refugios eran más pequeños, con nieve suelta, explica la ecologista Miina Auttila, que inventó el ventisquero artificial para su tesis doctoral en 2010, pero “después del primer invierno, los ventisqueros que habíamos acumulado se derritieron sorprendentemente rápido y los tejados de las Las guaridas se derrumbaron”. Los cachorros que quedan expuestos pueden congelarse o ser comidos por zorros, lobos, linces o glotones.

Stanislav Roudavski, fundador del Deep Design Lab de la Universidad de Melbourne, dice que este tipo de recopilación de datos rigurosa y diseño iterativo es una forma de empezar a tratar a otras especies como colaboradoras y “codiseñar” con ellas.

Los científicos y diseñadores ambientales están imaginando más formas de apoyar a los organismos silvestres a través de lo que a veces se llama diseño “interespecies” o “más que humano”, como la producción de arrecifes artificiales o puentes para la vida silvestre. Los refugios son una de las muchas soluciones destinadas a responder a las necesidades de conservación de poblaciones específicas. Otros ejemplos incluyen los espeluznantes restaurantes de buitres en Nepal (recintos donde las aves carroñeras son alimentadas con cadáveres de ganado libres de los venenos que han diezmado las poblaciones) y los nidos impresos en 3D que Deep Design Lab ha construido para búhos raros.

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