El primer ministro británico calificó de "una desgracia" por sus comentarios sobre el MP asesinado.
Boris Johnson enfrentó una lluvia de críticas el miércoles por la noche cuando dijo que la mejor manera de honrar el recuerdo de Jo Cox era entregar Brexit.
El parlamentario laborista Cox fue asesinado por un extremista de derecha en junio de 2016, justo antes de la votación del referéndum de la UE. Su asesino, Thomas Mair, gritó "Gran Bretaña primero", el nombre de un grupo de extrema derecha, mientras realizaba el ataque.
En la Cámara de los Comunes el miércoles, Tracy Brabin, quien fue elegida en el distrito electoral de Cox en Yorkshire después del asesinato, instó al primer ministro a moderar su l enguaje "para que todos nos sintamos seguros cuando hagamos nuestro trabajo".
Johnson respondió que "la mejor manera de honrar la memoria de Jo Cox y, de hecho, la mejor manera de unir a este país sería, creo, hacer que se realice el Brexit".
El primer ministro también le dijo a Paula Sheriff de Labour, quien le pidió que dejara de usar un lenguaje como "rendición", "traidor" y "traición" en relación con Brexit, que "nunca había escuchado tanta farsa en toda mi vida".
Johnson habló durante un debate a menudo malhumorado en la Cámara de los Comunes el día después de que los jueces de la Corte Suprema dictaminaron que su suspensión del parlamento era "ilegal".
El primer ministro fue condenado rotundamente por sus palabras. El esposo de Cox, Brendan, dijo en Twitter que se sentía "un poco enfermo por el uso del nombre de Jo de esta manera".
Siéntete un poco enfermo por el nombre de Jo que se usa de esta manera. La mejor manera de honrar a Jo es para todos nosotros (sin importar nuestros puntos de vista) defender lo que creemos, con pasión y determinación. Pero nunca demonizar al otro lado y siempre aferrarnos a lo que tenemos en común.
– Brendan Cox (@MrBrendanCox) 25 de septiembre de 2019
Jo Swinson, líder de los demócratas liberales, dijo que Johnson era "una desgracia" por sus comentarios mientras el primer ministro escocés Esturión de Nicola dijo que había "un vacío moral enorme donde solía estar la oficina del primer ministro".