El edificio más alto del mundo se usó ya que se recaudaron más de 2,7 millones de euros en los Emiratos Árabes Unidos para las personas afectadas por COVID-19.
Las luces se iluminaban en la fachada de Burj Khalifa cada vez que se hacía una donación.
El objetivo era convertir el edificio en una caja de donación virtual.
Los EAU han registrado más de 18,000 casos de COVID-19 y alrededor de 200 muertes, según un recuento de la Universidad Johns Hopkins.