El Banco de Inglaterra reduce drásticamente la tasa para lidiar con el choque de coronavirus “agudo y grande”. Aquí hay tres comida para llevar


Advirtiendo que el coronavirus traería una “conmoción aguda y grande” a la economía del Reino Unido, el Banco de Inglaterra el miércoles por la mañana dio el paso drástico de recortar su tasa de interés clave en 50 puntos básicos a 0.25%, y lanzó un servicio de financiamiento especial para ayudar a las empresas a hacer frente a las consecuencias del brote.

La decisión se produjo unas horas antes de que el gobierno del Reino Unido presentara su presupuesto anual, que se esperaba liberara fondos para ayudar a la economía a enfrentar la nueva crisis. Y un día antes, el órgano rector del Banco Central Europeo estaba programado para reunirse y decidir su propia respuesta a la crisis.

Aquí hay tres conclusiones sobre la decisión de choque del BoE:

1 – Gran preocupación por la crisis

El Banco de Inglaterra advierte que el shock relacionado con el virus en la economía será “agudo y grande” (aunque “temporal”), lo que explica el tamaño del recorte (del 0,75% al ​​0,25%) en el momento de su anuncio (sin esperar para la reunión regular de fijación de políticas del BoE el 26 de marzo) y la unanimidad entre los nueve miembros del Comité de Política Monetaria.

El banco justifica su acción con su intención de “evitar que una interrupción temporal cause un daño económico más duradero”. Ahora ha llevado la tasa clave cerca del límite cero más allá del cual se volverían negativos.

Más allá del impacto del virus, el banco central del Reino Unido puede tener que mantener sus tasas en su nivel actual, teniendo en cuenta el comercio mundial y las incertidumbres relacionadas con el Brexit que se acumulaban incluso antes de que llegara el coronavirus.

2 – Integral y coordinado

La medida más importante del Banco de Inglaterra es su decisión de proporcionar financiación barata para “incentivar a los bancos a proporcionar crédito a empresas y hogares para superar un período de interrupción económica”. Los recortes de tasas son un instrumento contundente e indiscriminado, que lleva tiempo filtrarse a la economía real, y en el corto plazo, tales medidas son cruciales para mantener a flote a las empresas que luchan contra las consecuencias del virus, especialmente las pequeñas y medianas empresas.

Pero el Banco de Inglaterra está actuando en todos los frentes, en todas sus funciones. Como supervisor del sistema bancario del Reino Unido, también ha decidido aflojar los requisitos de capital de los prestamistas. La llamada tasa de amortiguación de capital contracíclico se está reduciendo del 1% al 0% de las exposiciones de los bancos “con efecto inmediato”.

La Fed decisión repentina El 3 de marzo, recortar las tasas había sido ampliamente criticado porque parecía haberse decidido con prisa y bajo la presión de los mercados, sin un impulso fiscal paralelo y simultáneo.

El Banco de Inglaterra, por otro lado, eligió actuar el mismo día de la contribución del gobierno del Reino Unido a la respuesta política al coronavirus. El canciller Rishi Sunak estaba dispuesto a priorizar el gasto para ayudar a la economía a lidiar con la crisis sobre las reglas fiscales anteriores, debido al nuevo sentido de urgencia.

El FTSE 100

UKX, + 0,85%

subió un 1,6% en las noticias, lo que indica una sensación de alivio entre los inversores de que los responsables políticos del Reino Unido estaban haciendo su parte para proteger a la economía de la crisis inminente. La libra

GBPUSD + 0.0697%

subió 0.4% en las primeras operaciones frente al dólar.

3 – Presión sobre el BCE

El consejo de gobierno del BCE se reunirá el jueves para decidir sobre su propia contribución a la lucha contra las consecuencias del brote. Los bancos centrales europeos han parecido distantes en las últimas semanas cuando se les preguntó sobre la necesidad de actuar. La presidenta del BCE, Christine Lagarde era tarde en su declaración de que el banco central tomaría las medidas apropiadas si fuera necesario. Pero según Bloomberg, finalmente reconoció, en una conferencia telefónica con líderes de la UE el martes, que el escenario global “verá un escenario que nos recordará a muchos de nosotros la Gran Crisis Financiera de 2008”.

Pero el BCE tiene una razón para ser más cauteloso que la Reserva Federal o el Banco de Inglaterra: su tasa clave ha sido negativa (actualmente -0,6%) durante más de cinco años, reduciendo su capacidad de actuar ahora sin estresar al sistema bancario. Sin embargo, el banco podría continuar reduciendo la tasa, tal vez en 10 puntos básicos, pero se espera que centre su acción en ayudar a los bancos y más allá de ellos, a las empresas, a lidiar con las dificultades financieras temporales (con suerte).

Lo que le faltará al BCE es el complemento de un impulso fiscal importante y coordinado por parte de los gobiernos europeos que actúan juntos. Una llamada en conferencia de los líderes de la UE el martes por la noche falló una vez más para llegar a una conclusión, salvo por la promesa de volver a hablar en algún momento. En más de un sentido, lo que está sucediendo en el Reino Unido el miércoles sirve como ejemplo de cómo enfrentar de manera preventiva una crisis que todos saben que se avecina.

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