Protestas en Irak: toque de queda impuesto después de que el consulado iraní se incendiara en Najaf


Los manifestantes iraquíes irrumpieron en el consulado iraní en la ciudad sureña de Najaf e incendiaron el edificio el miércoles, lo que provocó un nuevo nivel de violencia en las manifestaciones destinadas a la caída de un gobierno respaldado por Teherán.

Fue la expresión más fuerte hasta la fecha del sentimiento anti-iraní de los manifestantes iraquíes, que han salido a las calles durante semanas en Bagdad y al sur de mayoría musulmana chiíta, y han sido asesinados a tiros por cientos por las fuerzas de seguridad iraquíes.

El personal del consulado había evacuado poco antes de que los manifestantes entraran, dijeron los primeros en responder a la policía y la defensa civil. No hubo informes inmediatos de víctimas.

Las autoridades locales impusieron el toque de queda después del incidente, informaron medios estatales.

Las protestas que comenzaron en Bagdad el 1 de octubre y se han extendido por las ciudades del sur son el desafío más complejo que enfrenta la clase dominante dominada por los chiítas que ha controlado las instituciones estatales y las redes de mecenazgo desde la invasión liderada por Estados Unidos en 2003 que derrocó al dictador sunita Saddam. Hussein

Jóvenes, en su mayoría manifestantes chiítas, dicen que los políticos son corruptos, están en deuda con las potencias extranjeras, especialmente Irán, y los culpan por no haberse recuperado de años de conflicto a pesar de la relativa calma desde la derrota del Estado Islámico en 2017.

Los manifestantes bloquearon carreteras con neumáticos en llamas en el sur de Irak y se enfrentaron con la policía en Bagdad el miércoles por la mañana, con el objetivo de utilizar la interrupción económica como palanca para sacar al gobierno del poder y erradicar la corrupción estatal.

Las fuerzas de seguridad mataron a tiros a dos personas en Kerbala, cerca de Najaf, durante la noche y dos en Bagdad el miércoles, mientras que una quinta persona murió cuando las fuerzas de seguridad abrieron fuego durante las protestas en la capital petrolera del sur de Basora.

Los manifestantes impidieron que los empleados del gobierno llegaran a trabajar en Basora instalando barreras de concreto pintadas como ataúdes simulados de familiares asesinados en semanas de disturbios, dijo un testigo de Reuters.

Las autoridades han advertido contra la explotación de los disturbios por parte de grupos armados, especialmente en caso de que la violencia relacionada con las protestas se extienda al norte de Irak, donde los militantes del EI están librando una insurgencia.

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