La profunda caída de un niño prodigio

La profunda caída de un niño prodigio

La sorpresa fue grande y la escenificó con su habitual estilo profesional. Sebastian Kurz, quien a los 31 años se convirtió en el canciller más joven de Austria, anunció su retiro de la vida política el 2 de diciembre.

Habiendo dimitido ya como jefe de gobierno el 9 de octubre, esta vez dimitió como jefe del “Partido Popular Austriaco” (ÖVP) y como jefe del grupo parlamentario ÖVP. Justificó su decisión de alejarse de la política vinculando la medida con el nacimiento de su hijo, Konstantin, y con las investigaciones judiciales en curso en su contra por malversación y corruptibilidad, así como por falso testimonio en una comisión de investigación parlamentaria. “No soy ni un santo ni un criminal”, dijo Kurz, aunque también admitió errores.

Esto pone fin a la carrera de un niño prodigio político, que comenzó en 2009 como director del “Young ÖVP” en el Ayuntamiento de Viena. Kurz irrumpió en escena con un extraño truco publicitario en el que aparecían mujeres de cabello claro frente a un automóvil SUV negro llamado “Geilomobil”. En 2011, con solo 24 años, el “hombre de negro” pasó al gobierno federal del Partido Socialdemócrata de Austria (SPÖ) con el ÖVP como Secretario de Estado para la Integración. Dos años más tarde, se convirtió en ministro de Relaciones Exteriores.