
La victoria de Trump es una pérdida trágica para el progreso climático

Las elecciones estadounidenses también podrían generar repercusiones globales, y muy pronto. Los negociadores estadounidenses se reunirán con sus homólogos en la conferencia anual sobre el clima de la ONU que comienza la próxima semana. Dado que Trump regresará a la Casa Blanca en enero, tendrán poca credibilidad o influencia para empujar a otras naciones a intensificar sus compromisos de reducción de emisiones.
Pero esas son sólo algunas de las formas directas en que una segunda administración Trump debilitará la capacidad de la nación para reducir las emisiones y contrarrestar los crecientes peligros del cambio climático. También tiene un poder considerable para paralizar la economía y sembrar el caos internacional en medio de la escalada de conflictos en Europa y Medio Oriente.
El afán de Trump por promulgar tarifas, recortar el gasto gubernamentaly de portar partes importantes

GANA MCNAMEE/GETTY IMÁGENES
Su torpe manejo de la economía y los asuntos internacionales también puede ayudar a China extender su dominio en la producción y venta de componentes que son cruciales para la transición energética, incluidas baterías, vehículos eléctricos y paneles solares, a clientes de todo el mundo.
Si el trabajo de un comentarista es encontrar cierta perspectiva en momentos difíciles, admito que en este estoy fallando en gran medida.
Lo mejor que puedo hacer es decir que habrá algunas líneas de defensa significativas. Al menos por ahora, los líderes y legislaturas estatales pueden seguir aprobando e implementando normas climáticas más estrictas. Otras naciones podrían intensificar sus esfuerzos para reducir las emisiones y afirmarse como líderes mundiales en materia de clima.
Es probable que la industria privada continúe invirtiendo y construyendo negocios en tecnología climática y energía limpia, ya que la energía solar, la eólica, las baterías y los vehículos eléctricos han demostrado ser industrias competitivas. Y el progreso tecnológico puede ocurrir sin importar quién esté sentado en la sala redonda de Pennsylvania Avenue, ya que los investigadores continúan esforzándose por desarrollar formas más limpias y más baratas de producir nuestra energía, alimentos y bienes.
Desde cualquier punto de vista, la tarea de abordar el cambio climático es ahora mucho más difícil. Sin embargo, nada ha cambiado en cuanto a lo que está en juego.
Nuestro mundo no se acaba si superamos los 2 °C, 2,5 °C o incluso 3 °C, pero poco a poco se convertirá en un lugar más peligroso y errático. Todavía vale la pena luchar por cada décima de grado, ya sea dentro de dos, cuatro o doce años, porque cada fracción de calentamiento que las naciones se esfuerzan por evitar alivia el sufrimiento futuro en alguna parte.
Entonces, a medida que el impacto desaparece y la desesperación comienza a disiparse, la tarea principal que tenemos por delante sigue siendo la misma: impulsar el progreso, cuando, donde y como podamos.