Los eurodiputados piden mayores competencias a los consejos obreros

Los eurodiputados piden mayores competencias a los consejos obreros

El jueves (2 de enero), el Parlamento Europeo aprobó un informe que pide a la Comisión de la UE que revise la directiva de los comités de empresa europeos (EWC). Pero, ¿qué son?

Los CEE son las primeras y únicas instituciones europeas representar a los empleados a nivel de empresa. Su objetivo es proporcionar una forma de informar y consultar a los empleados de empresas que operan en al menos dos países, lo que significa que tienen un enfoque multinacional.

Para comprender mejor su función, pueden verse como un puente entre lo que sucede a nivel nacional para garantizar al menos un esfuerzo coordinado para lograr condiciones laborales similares para los trabajadores dentro de una misma empresa.

De acuerdo a EWCdb.euuna base de datos del Instituto Sindical Europeo (ETUI), actualmente hay 990 CEE activos, que representan a millones de trabajadores.

Pero con el marco actual (que originalmente se remonta a 1994 y se reformuló en 2009), los objetivos de la directiva original (garantizar los derechos de información y consulta de los trabajadores europeos) aún no se han logrado, según Aline Hoffmann, la jefe de relaciones industriales de europeización en ETUI, hablando con EUobserver.

Destaca que la idea de construir una estructura paneuropea para empresas activas en más de un país tiene alrededor de 50 años. Recién en 1994 salió adelante la directiva, y fue pionera en buscar establecer un marco común para todos los actores involucrados, señala, aunque con el hándicap de no definir qué debían hacer estos órganos.

Para llenar estos vacíos, se establecieron mejores definiciones de las competencias de los CEE en 2009, a raíz de estudios como los de ETUI que mostraron que no hubo consulta y que la información intercambiada no era útil para los objetivos establecidos por el directiva.

¿Qué pide el Parlamento?

El informe aprobado del eurodiputado alemán del Partido Popular Europeo (PPE) Dennis Radtke se centra en mejorar la aplicabilidad, lo que se traduce en una mejor política de sanciones, una mayor clarificación de los problemas transnacionales y la definición de confidencialidad, por nombrar solo algunos ejemplos.

“Algunas de las multas que estamos viendo pesan menos que una pluma en los balances de estas corporaciones”, dice Oliver Roethig, secretario regional de UNI Europa, una organización que representa a siete millones de trabajadores de servicios. Explica que recibir información oportuna sobre la reestructuración permitió a los sindicatos en el pasado proponer alternativas y salvar puestos de trabajo.

El informe, que obtuvo 385 votos a favor, es un primer paso para “mejorar y garantizar la democracia en el trabajo”, según Eugenia Rodríguez Palop (La Izquierda), una de las eurodiputadas destacadas del informe.

La adaptación de la directiva pretende actualizar este marco a los tiempos actuales, y abordar algunos de los principales problemas que dificultan sus funciones de consulta e información.

“Es una apuesta valiente pero también realista. Se piden mayores sanciones para las empresas que incumplan o la suspensión de las decisiones que no han sido consultadas”, dice el eurodiputado La Izquierda.

Objetos de grandes negocios

BusinessEurope, la Confederación de Empresas Europeas, por otro lado, no ve la necesidad de revisar la directiva y la llama contraproducente. “Los cambios ralentizarían la toma de decisiones en las empresas, desdibujarían la diferencia entre las consultas de los CEE de toda la UE y los procedimientos nacionales de información y consulta”, subrayó Maxime Cerutti, director de asuntos sociales, a EUobserver.

Los representantes de la patronal también expresan su preocupación por la posibilidad de que surjan sanciones poco realistas, “particularmente en este momento de crisis energética, la UE debería mejorar la competitividad de las empresas en lugar de interferir en las prácticas de diálogo social de las grandes empresas”.

Durante el último plenario en Estrasburgo, el eurodiputado francés Dominique Bilde (del grupo de extrema derecha Identidad y Democracia), calificó la revisión de “burocracia inútil” para las empresas en un momento de crisis como el actual.

Establecer sanciones más altas y garantizar el acceso a la justicia para estos órganos son solo mecanismos para aumentar la consulta entre empresas y consejos, no una forma de detener la implementación de las decisiones, insiste Hoffmann.

Su función es garantizar que estén en igualdad de condiciones, donde se toman las decisiones. Especialmente a raíz de Covid, ya que las empresas están implementando reestructuraciones y cambios que afectan la forma en que trabajan las personas. Decisiones que, según la directiva, deben ser objeto de información y consulta.

Ahora es el momento de ajustar el marco legal europeo a los tiempos modernos, según Hoffmann: “Vienen más decisiones, especialmente con la transición a una Europa más digital y otras nuevas formas de trabajar”.

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