
Los líderes empresariales estadounidenses deben expresar sus temores sobre Trump

Desbloquee gratis el boletín informativo US Election Countdown
Las historias importantes sobre dinero y política en la carrera por la Casa Blanca
El autor es miembro asociado de Chatham House y ex vicepresidente senior de Calvert Investments.
Business Roundtable, la mesa principal de líderes empresariales estadounidenses, publicó recientemente la declaración: El voto es la base de nuestra democracia.. Con razón pide a los estadounidenses que “respeten los procesos establecidos por las leyes federales y estatales para las decisiones electorales y una transición ordenada”. El riesgo de que Donald Trump se niegue a aceptar los resultados electorales, la amenaza de violencia electoral y las impugnaciones legales preventivas por parte de los republicanos son alarmantes.
Las declaraciones de organizaciones empresariales pueden ser poderosas. Antes y después de las elecciones estadounidenses de 2020, los llamados a una transferencia pacífica del poder fueron proféticos a la luz de los disturbios en el Capitolio el 6 de enero de 2021. Pero esta nueva declaración es anémica. La democracia constitucional estadounidense y el liderazgo en la comunidad internacional son la base de la economía estadounidense y global. Estas fundaciones se enfrentan ahora a una grave amenaza.
Los empresarios deberían centrarse no sólo en la realización de las elecciones, sino también en su resultado. Un segundo mandato de Trump podría tener efectos catastróficos para las empresas estadounidenses en todas las esferas políticas, económicas y geopolíticas interconectadas.
Algunos ex directores ejecutivos han sido francos acerca de estos riesgos. En julio, el ex director ejecutivo de Merck, Kenneth Frazier, advirtió sobre la amenaza de Trump al Estado de derecho, la economía estadounidense y la democracia. En agosto, el ex director ejecutivo de American Express, Ken Chenault, respaldó a la candidata demócrata Kamala Harris y enfatizó esto “Las empresas necesitan estabilidad”
Pero la mayoría de los demás líderes empresariales evitan hablar abiertamente por temor a represalias políticas o la demonización de empresas individuales.
Es comprensible que los actuales directores ejecutivos de las principales empresas que cotizan en bolsa duden en apoyar a un candidato presidencial. Pero eso no significa que no puedan hablar de los riesgos de una segunda presidencia de Trump.
Estos son siniestros: desde amenazas de aranceles del 60 por ciento a las importaciones chinas hasta posibles impactos negativos en la seguridad europea, mientras Trump afirma que puede resolver la guerra entre Rusia y Ucrania en “24 horas”. Sus recientes referencias a sus oponentes políticos como un “enemigo interno” y al 6 de enero como un “día del amor” también deberían convencer a las empresas estadounidenses de que el resultado de esta elección es mucho más importante que el partido, la ideología o la política.
El BRT, junto con la Asociación Nacional de Fabricantes y la Cámara de Comercio de Estados Unidos, deberían abordar de frente los desafíos que enfrenta la economía estadounidense y global en estas elecciones antes del martes. Estos incluyen la santidad del Estado de derecho, la vitalidad de la democracia constitucional estadounidense, la coherencia del liderazgo estadounidense en la comunidad internacional y la credibilidad de los compromisos con la OTAN y los aliados de Asia y el Pacífico.
Defender estos pilares de estabilidad y prosperidad es la prueba de responsabilidad corporativa del siglo para la economía estadounidense. Los riesgos de la inacción superan los riesgos de la acción.
En Europa, se aprendieron lecciones de la complacencia y complicidad de la economía alemana en los años treinta. Los principales líderes empresariales alemanes han reconocido su responsabilidad de abordar los riesgos para la democracia y la economía que plantea el partido de extrema derecha AfD. En enero, el director general del banco alemán Advirtió que el ascenso de Alternativa para Alemania amenaza “los valores y estructuras democráticos esenciales para la inversión”.
En septiembre, el director ejecutivo de la empresa química Evonik enfatizó la amenaza en Alemania “al liberalismo, la tolerancia, la democracia, el Estado de derecho y la libertad de expresión”, que “pone en peligro todo, desde los derechos humanos hasta la inversión extranjera”.
Su ejemplo merece la reflexión y la acción de los líderes empresariales estadounidenses para quienes la discreción –no la convicción– parecía la mejor parte del valor. Las fatídicas elecciones del país están a la vuelta de la esquina: es su responsabilidad superar el miedo y decir la verdad.