
Los multimillonarios del sector tecnológico se pelean por quién es el mayor imbécil de Silicon Valley

¿Quién es el mayor imbécil de Silicon Valley? Por razones obvias, es una pregunta difícil de responder. La industria tecnológica y el negocio de capital de riesgo que la financia están plagados de sociópatas y trastornos de personalidad ambulantes. Sin embargo, últimamente, los habitantes de ambas comunidades se han estado señalando entre sí, tratando de averiguar quién es el mayor imbécil.
Este discurso singular, que resulta extrañamente existencial para un grupo de personas que pasan la mayor parte de su tiempo pensando en dinero y software, surgió de una disputa personal que venía latente desde hacía tiempo y que se desencadenó, apropiadamente, por un tuit. Ese tuit provino de David Sacks, un multimillonario tecnológico de derecha y partidario declarado de Trump, quien, el martes, publicó críticas al Partido Demócrata por su decisión de presentar a Kamala Harris como presidenta en lugar de Joe Biden. “Esto no fue una abdicación voluntaria; fue un golpe político, con Nancy Pelosi como la que dio el golpe. Eso es un golpe en mi libro”, dijo Sacks, compartiendo su análisis político.
Lo que siguió fue un viaje al pasado de Sacks. Parker Conrad, que hace años trabajó con Sacks en una empresa llamada Zenefits (y que perdió un trabajo en la empresa que finalmente pasó a manos de Sacks), citó en Twitter la publicación sobre el “golpe” con un pequeño comentario propio.
“Déjenme decirles que los golpes son la especialidad de este hombre”, tuiteó Conrad.
Déjame decirte que los golpes son la especialidad de este hombre. https://t.co/qGSGorBa9B
—Parker Conrad (@parkerconrad) 24 de julio de 2024
Fuera de la industria tecnológica, este es un corte un poco profundo. El contexto es el siguiente: a mediados de la década de 2010, Conrad fue cofundador y director ejecutivo de Zenefits, una empresa de recursos humanos y nóminas. La empresa atravesó un momento difícil en 2016, relacionado con violaciones de licencias y problemas de cumplimiento. Poco después, Conrad renunció a la empresa. Sacks, que era un inversor en Zenefits y trabajaba como su director de operaciones en ese momento, posteriormente asumió el trabajo de Conrad. Según Conrad, Sacks ayudó efectivamente a empañar su reputación al salir, manipulando la narrativa de los medios para culparlo mayoritariamente. En entrevistas posteriores, Conrad ha dicho que “algo así como el 70 por ciento de las violaciones de licencias en realidad fueron en” el “equipo que reportaba directamente a David y ocurrieron mientras él lo dirigía”.
El jueves, Sacks respondió al tuit de Conrad con su propia respuesta enérgica: “La SEC te sancionó. Nadie más, solo tú. Pero has pasado la última década intentando echarle la culpa a otros por tu propia mala ética”. Sacks finalizó la publicación con un emoji de payaso.
Sin embargo, en lo que respecta al tema de la “falta de ética”, parece que hay más de una persona en Silicon Valley que ve a Sacks como el modelo a seguir. En particular, el acaudalado empresario tecnológico Paul Graham se apresuró a castigar a Sacks por sus comentarios contra Parker: “¿De verdad quieres que se cuente públicamente toda la historia de lo que le hiciste a Parker? Porque es el peor caso de un inversor que maltrata a un fundador que he escuchado jamás, y los he escuchado prácticamente todos”, tuiteó Graham.
En un tuit que ya ha sido eliminado, Graham continuó: “Hace poco estuve hablando con otro inversor sobre si eras la persona más malvada de Silicon Valley. Lo pensó durante unos segundos y estuvo de acuerdo en que no podía pensar en nadie peor”. Capturas de pantalla de este tuit han circulado ampliamente en X.
Otros se sumaron. El director ejecutivo de Cloudflare, Matthew Prince, un multimillonario que se describe a sí mismo como un “imbécil rico”, intervino para afirmar que Sacks se destacó en un campo abarrotado de hackers corporativos éticamente dudosos: ““Conozco esta historia. Es muy mala”, tuiteó Prince, haciendo referencia a Zenefits. “No sé si David es la persona más malvada de SV. Hay mucha competencia. Pero puedo decir: coincidimos un año en la facultad de derecho e incluso en ese entonces tenía reputación de ser un completo imbécil. Y eso fue en @UChicagoLawque está lleno de gilipollas”.
George Fraser, el CEO de la empresa de datos Fivetran, pareció estar de acuerdo con la interpretación de Graham: “Hace 10 años, David Sacks participó en uno de los peores golpes de Estado de la historia, reemplazando a Parker Conrad como CEO de Zenefits”, tuiteó Fraser. “Yo era cercano al equipo de Zenefits en ese momento, así que no soy un observador neutral, pero puedo describir cómo se percibieron los eventos en ese momento”.
Siri Srinivas, socia del destacado fondo de capital de riesgo Gradient Ventures, tuiteó uno de los comentarios anteriores de Graham sobre Sacks y agregó: “Esto se está convirtiendo en la burla de Netflix a David Sacks”. Más tarde bromeó: “Realmente odio el acoso y las críticas, excepto cuando son bien merecidas”.
Ilhar Mahaniok, socio gerente de la firma de capital de riesgo Geek Ventures, simplemente tuiteó: “Me alegra que finalmente David Sacks esté recibiendo el tratamiento que se merece”.
“Es evidente que parte de ese veneno está relacionado con mi política”, dijo Sacks más tarde, aparentemente dando a entender que era su amor por Donald Trump, una ex estrella de reality shows que gobernó mal el país durante cuatro años pero que dio a gente como Sacks enormes recortes de impuestos, lo que impulsaba a la gente a menospreciarlo.
Otros comentaron en la red la tendencia de los capitalistas de riesgo a pelearse entre sí y destacaron el hecho de que eso hacía que toda la industria quedara mal. Eric Bahn, cofundador y socio general de Hustlefund, tuiteó: “El capital de riesgo tiene un serio problema de marca. Los fundadores están notando todas las peleas, acusaciones mutuas, insultos y ataques ad hominem dentro de la industria. Hay buenos humanos en este lado de la mesa, pero esta payasada nos hace quedar mal a todos”.
TechCrunch ha señalado que esto es realmente sólo la última disputa pública y abierta entre ejecutivos tecnológicos de alto nivel, en la que los altos ejecutivos muestran una creciente propensión a estallar en conflictos muy transparentes.
Gizmodo contactó a Sacks para pedirle comentarios sobre por qué tanta gente parece odiarlo y actualizará esta historia si responde.