Los neandertales comían pájaros, pero ¿cómo?

Los neandertales comían pájaros, pero ¿cómo?

Es bastante difícil saber qué había en el menú de los neandertales, sobre todo porque los alimentos más pequeños, como las aves, no suelen dejar muchos rastros arqueológicos. Si bien sabemos que algunos cocinaban cangrejos y otros mariscos y que cazaban animales más grandes, comprender más sobre sus dietas es fundamental para entender cómo estos homínidos increíblemente adaptables prosperaron en entornos muy diferentes. Para ello, un equipo de científicos intentó cocinar aves modernas utilizando los métodos y herramientas que habrían estado disponibles para los neandertales. El proceso se detalla en un artículo publicado en la revista Nature. Pequeño estudio publicado el 24 de julio en la revista Fronteras en arqueología ambiental.

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“Utilizar una lasca de sílex para descuartizar requería una precisión y un esfuerzo considerables, que no habíamos valorado plenamente antes de este experimento”, explica Mariana Nabais, coautora del estudio y arqueóloga del Institut Català de Paleoecologia Humana i Evolució Social en España. dijo en un comunicado

“Las lascas eran más afiladas de lo que pensábamos inicialmente, por lo que era necesario manipularlas con cuidado para realizar cortes precisos sin lastimarnos los dedos. Estos experimentos prácticos pusieron de relieve los desafíos prácticos que implicaba el procesamiento y la cocción de alimentos por parte de los neandertales, y proporcionaron una conexión tangible con su vida diaria y sus estrategias de supervivencia”.

Carniceros neandertales

Los neandertales cazaban animales grandes, incluidos leones cavernarios, pero los científicos saben menos sobre las especies de aves más pequeñas que comían algunos neandertales. Para saber más, el equipo probó los métodos de preparación de alimentos que pudieron haber utilizado en varias aves salvajes. Esperaban ver qué rastros de herramientas quedan en los huesos de los animales y cómo se comparan esos rastros con el daño causado por causas más naturales de muerte.

El equipo creó una base de datos experimental que puede compararse con los hallazgos de yacimientos arqueológicos reales. Para ello, el equipo recopiló cinco aves silvestres que habían muerto por causas naturales en el Centro de Ecología, Rehabilitación y Vigilancia de la Fauna Silvestre de Gouveia (Portugal). El equipo seleccionó dos cornejas negras, dos tórtolas turcas y una paloma torcaz, especies similares a las que podrían haber comido los neandertales. Para seleccionar los métodos de cocción, se basaron en pruebas encontradas en el registro arqueológico y en datos etnográficos.

Desgaste de las herramientas utilizadas para el despiece.
Desgaste en las escamas utilizadas para la carnicería. CRÉDITO: Marina Igreja.

Cada ave fue desplumada a mano. Una tórtola turca y una corneja negra fueron descuartizadas crudas utilizando una lasca de sílex. Las tres restantes fueron asadas sobre brasas hasta que estuvieron cocidas y luego descuartizadas. El equipo descubrió que este segundo método era más fácil que descuartizar las aves crudas.

“Para asar las aves sobre las brasas, era necesario mantener una temperatura constante y controlar cuidadosamente el tiempo de cocción para evitar que la carne se cocinara demasiado”, dijo Nabais. “Quizás porque desplumamos las aves antes de cocinarlas, el proceso de asado fue mucho más rápido de lo que esperábamos. De hecho, pasamos más tiempo preparando las brasas que en la cocción propiamente dicha, que duró menos de diez minutos”.

Huesos que no están hechos para durar

Luego, el equipo limpió y secó los huesos y los examinó bajo un microscopio para detectar marcas de cortes, roturas y quemaduras. También observaron las lascas de sílex que habían utilizado para buscar evidencias de desgaste durante el despiece.

Si bien habían utilizado sus manos para la mayor parte de la carnicería, las aves crudas necesitaban las lascas de sílex, que dejaban pequeñas cicatrices en forma de media luna en el borde. Los cortes utilizados para extraer la carne de las aves crudas no dejaban marcas en los huesos, pero los cortes dirigidos a los tendones dejaban marcas similares a las de los restos de aves encontrados en los yacimientos arqueológicos.

Los huesos de las aves asadas eran mucho más frágiles. Algunos estaban completamente destrozados y no se pudieron recuperar. Casi todos tenían quemaduras negras o marrones compatibles con una exposición controlada al calor. Las manchas negras sugerían que el contenido de la cavidad interna también se había quemado. Esta evidencia arroja luz sobre cómo podría haber sido la preparación de alimentos de los neandertales, pero también sobre cuán visible puede ser esa preparación en el registro arqueológico. Si bien asar facilita el acceso a la carne del animal, la mayor fragilidad de los huesos significa que los restos podrían no ser encontrados por los arqueólogos.

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Para comprender mejor las dietas de los neandertales, los estudios futuros podrían incluir más especies de presas y también el procesamiento de aves para obtener productos no alimentarios, como plumas o garras.

“El tamaño de la muestra es relativamente pequeño, ya que consta de solo cinco especímenes de aves, lo que puede no representar por completo la diversidad de especies de aves que los neandertales podrían haber utilizado”, señaló Nabais. “En segundo lugar, las condiciones experimentales, aunque cuidadosamente controladas, no pueden reproducir por completo los contextos ambientales y culturales exactos de la vida neandertal. Es necesario realizar más investigaciones con muestras más grandes, especies variadas y condiciones experimentales más diversas para ampliar estos resultados”.