Manual de cabildeo de la UE de Big Agri sobre el “hambre” y la “crisis de refugiados”

Manual de cabildeo de la UE de Big Agri sobre el “hambre” y la “crisis de refugiados”

En las últimas décadas, la industria de los combustibles fósiles ha demostrado que no es necesario oponerse a la legislación para resistirla. Enturbiar las aguas puede ser suficiente para garantizar que la acción se detenga, diluya o archive.

Es una lección que las empresas de plaguicidas parecen haber aprendido en Europa. En los últimos dos años, han empleado un ejército aliado de cabilderos para sembrar dudas sobre las reformas agrícolas que, si se promulgan, podrían costarles millones.

Desde 2020, la UE ha anunciado planes audaces que podrían transformar el futuro de la agricultura. El llamado, por pesticidas y fertilizantes menos tóxicos, más producción orgánica y dejar la tierra para la naturaleza, es parte de un paquete más amplio destinado a reducir las emisiones de gases de efecto invernadero del bloque y ayudar a proteger a los polinizadores, pájaros y mariposas de Europa.

En diciembre de 2022, los tomadores de decisiones hicieron una pausa en las leyes que reducirían los pesticidas en un 50 por ciento, el último de una serie de retrasos.

Investigación por desmog ha descubierto que los formuladores de políticas se están alejando de las promesas de una agricultura más ecológica después de una campaña de presión sostenida por parte de una industria que depende de los mercados de la UE para sus productos.

Analizamos más de 300 documentos publicados desde 2020. Nuestro estudio analizó documentos públicos y aquellos de debates a puertas cerradas, incluidas actas de reuniones con altos funcionarios de la UE obtenidas mediante solicitudes de libertad de información.

El caché de archivos muestra un esfuerzo coordinado y concertado por parte de la industria de plaguicidas y sus aliados en el sector agroindustrial, para retrasar la implementación de medidas ecológicas.

Nuestra investigación también revela cómo la agricultura industrial está reutilizando tácticas probadas y comprobadas de la industria de los combustibles fósiles, desde financiar su propia ciencia hasta promover soluciones voluntarias lideradas por la industria en lugar de la regulación, lo que ha retrasado con éxito la transición hacia la energía limpia hasta la fecha.

Intensa campaña de cabildeo

Los principales actores de la industria de los agronegocios gastaron más de 50 millones de euros en cabildear tanto a los funcionarios de la UE como al público en 2020 y 2021. Incluyeron algunas de las compañías agrícolas, de pesticidas, fertilizantes, semillas comerciales y agrícolas más grandes del mundo, como Bayer y Syngenta, así como varios organismos comerciales poderosos, como el lobby de pesticidas CropLife Europe y el sindicato agrícola Copa-Cogeca.

El análisis de DeSmog encontró que estas industrias habían promovido un puñado de mensajes clave sobre reformas agrícolas, una y otra vez.

Las leyes respetuosas con la naturaleza amenazan la prosperidad de Europa, ignoran la ciencia y socavan la seguridad alimentaria mundial, advierte la industria.

El gigante de los plaguicidas Syngenta afirma que “más gente [could] pasar hambre”, mientras que un representante del grupo de presión agrícola industrial Copa-Cogeca advierte que impulsar reformas verdes corre el riesgo de disturbios políticos e incluso de una “crisis” de refugiados.

Las empresas y los grupos comerciales emiten estas advertencias en consultas públicas, en conferencias, en reuniones con políticos y funcionarios influyentes, en comunicados de prensa y publicaciones en redes sociales.

El mensaje subyacente, que los costos políticos, económicos y sociales de la transición son demasiado altos, es similar al utilizado por las compañías de petróleo y gas para obstaculizar las leyes climáticas durante décadas.

Los expertos y científicos insisten en que tales mensajes son, en el mejor de los casos, “tergiversaciones” y, en el peor, “extremadamente engañosos”. Señalan que la agricultura intensiva basada en productos químicos es el factor clave del colapso de la biodiversidad: el costo de no actuar en la crisis de extinción supera con creces cualquier impacto negativo previsto de las reformas verdes.

Sin embargo, el lobby de la agricultura industrial ha insistido en que se necesita más información sobre el costo probable de los planes, antes de que se deban tomar decisiones. Ha pedido “evaluaciones de impacto” detalladas de las leyes propuestas, primero a la luz de Covid-19 y ahora a la luz de la invasión de Rusia a Ucrania.

Según Jennifer Jacquet, profesora asociada de la Universidad de Nueva York y autora de el libro de jugadas, un libro que documenta las tácticas de cabildeo, la táctica es familiar del cabildeo de los combustibles fósiles. “La llamada número uno que hace la industria siempre es para más investigación. Compra más tiempo para prevenir regulaciones”.

Big Ag es poderoso. Solo las cuatro mayores empresas de plaguicidas (Bayer, Syngenta, Corteva y BASF) tienen ventas de más de 30.000 millones de euros al año. Su influencia extendida significa que los formuladores de políticas escuchan estos mensajes una y otra vez.

Los cuatro gigantes de los pesticidas están representados por organismos comerciales separados para fertilizantes, semillas y productos químicos, así como para pesticidas. Entre ellos, estos cuatro grupos comerciales emplean a más de cien cabilderos en Bruselas.

La membresía de estas asociaciones comerciales permite que la industria asegure múltiples asientos en la mesa. El lobby ejecuta campañas de mensajes públicos, forma parte de grupos de expertos que asesoran a la Comisión Europea y envía respuestas independientes a consultas sobre nuevas leyes, que reiteran las posiciones de las empresas.

sembrando dudas

Al complicar estas discusiones y engañar a los formuladores de políticas, las empresas de pesticidas y sus aliados pueden ganar un tiempo valioso.

En diciembre, cuando los países europeos pidieron más información sobre los impactos de la Legislación ‘ON’ — regulaciones que convertirían en ley los objetivos de reducción de pesticidas del 50 por ciento — su posición era asombrosamente cercana a las demandas de la industria.

Por ahora, la reforma se retrasa una vez más. Pero con el tiempo, puede ser archivado por completo. Si las negociaciones sobre SUR se extienden más allá de la elección de una nueva comisión en 2024, existe la posibilidad de que la legislación nunca vea la luz del día.

Los científicos y activistas advierten que no podemos darnos el lujo de esperar. El número de abejas y polinizadores está cayendo en picado en Europa, y la salud del suelo está colapsando, ambos esenciales para el futuro de la agricultura, en parte debido a la agricultura intensiva. Las decisiones tomadas ahora sobre si reformar la agricultura y cuándo hacerlo son clave para salvaguardar el futuro de la biodiversidad, el clima y nuestro suministro de alimentos.

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