Un trabajador anónimo del gobierno ha contado cómo se hartaron tanto de que sus colegas pronunciaran mal su nombre ‘complicado’ que se quejaron a Recursos Humanos y lograron que alguien fuera despedido.
Un trabajador anónimo del gobierno ha contado cómo se hartaron tanto de que sus colegas pronunciaran mal su nombre ‘complicado’ que se quejaron a Recursos Humanos y lograron que alguien fuera despedido.