Adherirse a la dirección correcta de las relaciones China-UE

Ocupé el cargo de decimocuarto embajador de China en la Unión Europea en octubre de 2017.

Mirando hacia atrás en los últimos cuatro años, mis colegas y yo hemos hecho todos los esfuerzos posibles para promover el desarrollo de una asociación estratégica integral entre China y la UE. Hemos tenido días buenos y días no tan buenos. Pero al final del día, me alivia ver que la cooperación entre China y la UE ha progresado.

A mi partida, me gustaría expresar mi más sincero agradecimiento a amigos y colegas de la parte europea por su cuidado y apoyo a las relaciones China-UE, así como al trabajo de la Misión China y a mí mismo.

Como señaló el presidente Xi Jinping, China y Europa son dos fuerzas, mercados y civilizaciones importantes. Lo que apoyamos y nos oponemos significa mucho para el mundo. Después de cuatro años en Bruselas, me identifico plenamente con estas observaciones.

A pesar de las recientes dificultades en las relaciones bilaterales, sigo convencido de que el desarrollo de las relaciones entre China y la UE redunda en interés de ambas partes, de nuestros dos pueblos y del mundo. Es una obligación más que una opción para fortalecer la cooperación China-UE.

Para ello, necesitamos construir nuestras relaciones en base a cuatro palabras clave.

La primera es la percepción. Debemos ceñirnos a la percepción correcta entre nosotros, que es la premisa de unos lazos bilaterales saludables. El mundo está experimentando cambios profundos.

Las relaciones entre China y la UE también están cambiando. Lo que permanece sin cambios es la actitud de China hacia Europa. Desde que las dos partes establecieron relaciones diplomáticas en 1975, China siempre ha mantenido una política de la UE muy estable y positiva.

A pesar de las diferencias en los sistemas, creemos sinceramente que la asociación estratégica integral sigue siendo nuestro único posicionamiento apropiado. Esperamos que los amigos de la parte europea también apoyen esa percepción y trabajen con China para que las relaciones bilaterales vuelvan a la senda de la cooperación.

Esto me lleva a mi segunda palabra clave: cooperación.

Necesitamos asegurarnos de que la cooperación de beneficio mutuo siga siendo la corriente principal de las relaciones entre China y la UE. Ya existen más de 70 mecanismos de diálogo y cooperación entre las dos partes, que reflejan la profundidad y amplitud de la cooperación bilateral.

Durante la pandemia, esa cooperación ha demostrado una vez más su resistencia y vitalidad. El comercio bilateral avanzó a pesar de las dificultades y China se convirtió en el mayor socio comercial de la UE. De cara a la era posterior a la pandemia, China y la UE deberían cooperar para ampliar los intereses comunes, que es vital para la recuperación económica, la transición verde y digital de ambas partes y del mundo.

Para crear un entorno propicio para esa cooperación, debemos oponernos al proteccionismo, desvincularnos y defender conjuntamente el multilateralismo.

El multilateralismo, por supuesto, es mi tercera palabra clave, que también es nuestro consenso y responsabilidad compartida.

Una lección que podemos aprender de la pandemia de Covid-19 es que ningún país puede enfrentar los desafíos globales por sí solo. Para China y Europa, ambos actores importantes en el escenario mundial, la respuesta está en sostener el multilateralismo.

Debemos defender el papel central de la ONU en los asuntos internacionales y reforzar el sistema de comercio multilateral basado en la OMC. De cara al futuro, debemos colaborar en el lanzamiento de vacunas, la recuperación de la economía mundial y la causa del clima global. Uniendo manos, nuestra estrecha cooperación se convertirá en una victoria del multilateralismo.

Cómo gestionar las diferencias

Por último, pero no menos importante, la gestión. Necesitamos manejar adecuadamente nuestras diferencias a través de la comunicación.

China y la UE son diferentes en historia, cultura, sistema social y etapa de desarrollo. Es natural que a veces tengamos diferencias. La clave es cómo gestionarlos correctamente.

Por supuesto, no existe una fórmula mágica, pero la comunicación y el respeto mutuo son seguramente mejores que las medidas unilaterales y la voluntad forzada. Creo que la espléndida civilización de China y Europa nos equipará con la sabiduría para gestionar nuestras diferencias y, al mismo tiempo, conservar nuestra diversidad.

Es un tiempo desafiante en el que vivimos. Es un tiempo esperanzador en el que vivimos. ¿Cómo afrontaremos los desafíos? ¿Cómo realizaremos nuestras esperanzas? Aunque me iré de Bruselas, siempre observaré las relaciones entre China y la UE con esperanza cuando y donde esté.

¡Creo firmemente que nuestras relaciones tendrán un mañana mejor! Ahora, este mejor mañana requiere los esfuerzos conjuntos de usted y yo.

¡Les deseo a todos una Feliz Navidad y un Próspero Año Nuevo en 2022 y el Año del Tigre!

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