Cómo el coronavirus está probando la resistencia de la UE



La crisis del coronavirus se asemeja a una obra de moral medieval.

Un hada mala ha maldecido a la humanidad poniendo a los príncipes de este mundo ante un terrible dilema: salvar a la mayor cantidad de personas posible y, en el proceso, destruir la economía, o mantener la economía funcionando a costa de miles de vidas. .

Durante los próximos meses, los líderes nacionales se verán divididos entre estos imperativos en conflicto, mientras todos esperan, y algunos rezan, por un deus ex machina, un medicamento o vacuna que ponga fin a la pesadilla.

¿Cuál es el papel de la UE en este drama?

Como el virus afecta a todos los estados miembros, aunque en diferentes etapas de la curva de infección, requiere un manejo de crisis a nivel europeo y una fuerte asistencia mutua entre los estados miembros. Esto, sin embargo, ha tardado en llegar.

Para muchas personas, la propagación del virus ha llevado a una rápida reducción de los horizontes.

Los ciudadanos reflexivamente recurren a lo que es cercano y familiar. Esta es la hora del estado nación y de los líderes nacionales, dejando a la UE al margen.

En muchos países, el egoísmo nacional está resurgiendo. De ahí el cierre rápido de las fronteras nacionales, a pesar de que los beneficios para la salud son dudosos, y las prohibiciones iniciales de las exportaciones de suministros médicos.

Pero este giro instintivo hacia adentro es solo un lado de la historia.

La crisis de Covid-19 también marca el regreso de la política basada en hechos. Los epidemiólogos líderes se han convertido en estrellas de los medios. Sus consejos se traducen en políticas por líderes pragmáticos que ahora disfrutan de un amplio apoyo en la población.

Los populistas, que recientemente todavía estaban en la ofensiva, se han reducido a un segundo plano.

No está claro cuánto durará esta ventana de política racional. Si el sufrimiento empeora y no se vislumbra un final, se puede esperar todo tipo de comportamiento irracional e incluso un mayor egoísmo nacional. Por lo tanto, este tiempo debe utilizarse para acelerar la gestión de crisis también a nivel europeo.

Los poderes gubernamentales para el cuidado de la salud y la gestión económica permanecen a nivel nacional.

El suministro de unidades de cuidados intensivos y el rescate de empresas amenazadas por la quiebra es principalmente una responsabilidad nacional.

Sin embargo, las instituciones de la UE deben desempeñar un papel de apoyo crucial al coordinar la cooperación transfronteriza y movilizar fondos adicionales.

Debido a la ola de cierres de fronteras, Schengen se encuentra actualmente con soporte vital y el mercado interno muestra muchos síntomas de infección.

Al mantener las medidas restrictivas nacionales al mínimo y al salvaguardar el libre flujo de mercancías, la Comisión Europea debe garantizar que el mercado único no se fragmente a lo largo de las líneas nacionales.

Pero una gran parte del trabajo de la UE también es apartarse de los estados miembros. Al suspender las normas sobre ayuda estatal y política fiscal, la comisión ya ha dado a los Estados miembros suficiente espacio para lanzar programas de gastos sin precedentes para asegurarse de que los sectores afectados por la pandemia reciban apoyo público.

Al iniciar un Programa de compra de bonos de € 750 mil millones, el Banco Central Europeo ha ayudado una vez más a apuntalar el sistema financiero europeo.

Las instituciones de la UE y los gobiernos ahora están debatiendo cómo complementar los programas fiscales nacionales mediante la movilización del vasto poder de fuego fiscal colectivo de la UE.

Ahora es el momento de poner fin a la vieja disputa entre el Norte y el Sur sobre la distribución del riesgo.

Uno para todos y todos para uno

Debería ser evidente para todos que si la supervivencia económica de los países que sufren el peor daño de la crisis está en cuestión, esto también constituye una gran amenaza para la eurozona y para la UE en su conjunto.

La mentalidad de todos por sí misma, que es tan tentadora bajo el agudo estrés de la crisis, debe contrarrestarse intensificando la cooperación y la asistencia mutua entre los estados miembros.

De lo contrario, la UE correrá un gran peligro.

Los países más afectados no olvidarán que han sido abandonados por la UE y que la única ayuda provino de China. Las divisiones se profundizarán y la cohesión entre los miembros de la UE se verá afectada.

Los primeros actos concretos de asistencia son, por lo tanto, alentadores. Algunos suministros médicos han sido enviados a Italia y Alemania ha abierto varios de sus hospitales a pacientes de Francia.

Se necesita hacer mucho más con urgencia para demostrar que todos los países de la UE están en esta lucha juntos.

La UE ha pasado por muchas crisis en las últimas décadas. Pero la pandemia de coronavirus podría ser la prueba de fuego definitiva de su resistencia como comunidad basada en la solidaridad y los valores comunes.

LO MÁS LEÍDO

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *