Crisis en la frontera polaco-bielorrusa

Usar vidas humanas para chantajear a los gobiernos de naciones rivales es tan antiguo como la civilización humana. En los últimos años, sin embargo, países como Turquía, y ahora la ex república soviética de Bielorrusia, han llevado este concepto a un nuevo nivel: la militarización de refugiados pobres, poco educados y no calificados de Oriente Medio y África subsahariana. la mayoría de los cuales huyen de sus hogares con la esperanza de encontrar una vida mejor en Europa.

En los últimos meses, el gobierno totalitario de Bielorrusia ha intentado fabricar una crisis migratoria en las fronteras de Polonia y Lituania; La respuesta de Minsk a las sanciones occidentales después de que la KGB del país reprimiera violentamente las protestas a favor de la democracia en agosto y septiembre de 2020, luego de una elección amañada que le otorgó al dictador Alexander Lukashenko, un antiguo dictador del país, un nuevo mandato.

El 10 de noviembre, la Unión Europea acusó a Bielorrusia de organizar un “ataque híbrido” al empujar a los migrantes a través de la frontera hacia Polonia. Estos inmigrantes, que supuestamente fueron atraídos a Bielorrusia con una falsa promesa de paso libre por “agencias de viajes” no autorizadas en Oriente Medio, Afganistán y África, se han encontrado en la Bielorrusia de Lukashenko, un hombre que no tiene la intención de permitir que los refugiados quedarse, pero está más que dispuesto a ayudarlos a violar las fronteras de Polonia y la UE provocando una crisis migratoria.

La Unión Europea, que ha sancionado repetidamente a Bielorrusia por abusos contra los derechos humanos, ha acusado a Minsk de atraer a migrantes de países empobrecidos y devastados por la guerra y luego empujarlos a Polonia.

Los miembros occidentales del Consejo de Seguridad de la ONU han condenado a Bielorrusia por la escalada de la crisis. En una declaración enérgica, Occidente acusó a Bielorrusia de utilizar a los migrantes para desestabilizar la frontera oriental de la Unión Europea.

Lukashenko dijo que su país tendría que responder si la UE imponía una nueva ronda de sanciones. Más tarde dio a entender que cortaría el suministro de gas a Europa si se imponían nuevas sanciones.

Rusia, el único aliado de Bielorrusia en la crisis, criticó duramente a Occidente por respaldar el manejo de los migrantes por parte de Polonia, y el Kremlin acusó a Europa de no estar a la altura de sus propios ideales humanitarios y de tratar de “estrangular” a Bielorrusia con planes de cerrar parte de la frontera. Moscú dijo que era inaceptable que la UE imponga sanciones a Bielorrusia por la crisis.

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