La publicación del acta del BCE revela una profunda polarización política



La profunda división del Banco Central Europeo sobre la segunda ola de flexibilización cuantitativa decidida el 12 de septiembre era conocida, sobre todo por declaraciones públicas de los gobernadores de los Países Bajos, Francia y Alemania.

El jueves, la división se hizo oficial con la publicación de las actas de la junta monetaria. Ante una tasa de inflación baja prolongada, muy por debajo del objetivo del 2%, y un crecimi ento negativo en Alemania, el BCE decidió el 12 de septiembre reducir las tasas de interés en territorio negativo y renovar su programa de compra de bonos.

Sin embargo, la decisión impulsada por Mario Draghi ha dividido a la eurozona de 19 miembros de una manera que pone en tela de juicio la posibilidad de que la política sea implementada por Christine Lagarde

.

En el pasado, los miembros conservadores de la junta han presentado el caso teórico sobre la revisión de la meta de inflación por debajo del 2%. Pero ahora están argumentando legalmente que el BCE debe apegarse a la regla de no comprar más de un tercio de la emisión tot al de bonos de los estados miembros. Ese límite pronto podría romperse. El Financial Times informó el jueves que el comité legal del BCE había expresado objeciones al anuncio de política del 12 de septiembre por estos mismos motivos.

Curiosamente, las actas reflejan que hubo más oposición a la compra de bonos que tasas de interés negativas. El programa de compra de bonos del BCE reduce los rendimientos de los bonos, mantiene la deuda pública bajo control y proporciona un alcance fiscal para una política presupuestaria expansiva. Sin embargo, también se considera un problema para los inversores institucionales, incluidos los fondos de pensiones. Y los miembros conservadores de la junta han argumentado que el BCE se está extralimitando, utilizando herramientas de política que van más allá del objetivo de mantener la estabilidad de precios.

La línea entre críticos y defensores de una política monetaria más estricta no está tallada en piedra. "Mientras continúe la desaceleración sincronizada, no existe una alternativa económicamente significativa a las políticas monetarias no convencionales, y es mejor prevenir que curar antes de cambiar el engranaje de la política a la normalización", dijo el miembro del consejo finlandés del BCE Olli Rehn dijo el jueves.

Puede que ya no se considere que Finlandia se encuentre en la primera línea de los halcones fiscales en la zona euro, ya que Helsinki favorece la flexibilización cuantitativa. Rehn advierte que la eurozona debería evitar una trampa japonesa, en la que las expectativas de inflación en descenso se estancan permanentemente en niveles bajos.

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