Libertad de prensa bajo ataque en medio de una pandemia



Cuando el mundo celebró el Día Mundial de la Libertad de Prensa el 3 de mayo, los defensores de todo el mundo pidieron la protección de los periodistas y la libertad de prensa, en particular en medio de la pandemia de Coronavirus.

Para contener la propagación del virus, varios países han impuesto medidas de línea dura, incluidas algunas que limitan significativamente las libertades fundamentales. Los periodistas y denunciantes se encuentran entre los más afectados por la crisis de Coronavirus, ya que debido a su cobertura e información sobre Coronavirus, se les acusa de difundir "noticias falsas", mientras tratan de compartir información valiosa con el público. Como resultado, con frecuencia son hostigados, amenazados, multados e incluso encarcelados por revelar fallas en las políticas gubernamentales.

"A medida que la pandemia se extiende, también ha dado lugar a una segunda pandemia de información errónea, desde consejos de salud nocivos hasta teorías de conspiración salvajes", dijo el secretario general de la ONU, António Guterres, en el Día Mundial de la Libertad de Prensa.

El Índice Mundial de Libertad de Prensa publicado el 21 de abril por Reporteros sin Fronteras (RSF), presentó la situación de la libertad de prensa en todo el mundo, clasificando 180 países, según el nivel de libertad disponible para los periodistas.

Los hallazgos de RSF se compilaron mediante una combinación de cuestionario respuestas y datos cuantitativos sobre abusos y actos de violencia contra periodistas durante el período evaluado. Los criterios del cuestionario incluyen pluralismo, independencia de los medios, entorno de los medios y autocensura, marco legislativo, transparencia y la calidad de la infraestructura que respalda la producción de noticias e información.

En Europa, Noruega encabeza el índice, ya que el país ha dado numerosos pasos para garantizar la participación más amplia posible en el debate público, abordando la difusión de noticias falsas y discursos de odio, y asegurando el acceso de los periodistas a la información.

Por el contrario, Bulgaria ocupó el último lugar, ya que según el análisis del índice, "la corrupción y la colusión entre los medios, los políticos y los oligarcas está muy extendida en el país". En una escala general, el país ocupó el puesto 111 de 180 países, con Corea del Norte y Turkmenistán en el último lugar en el panorama de las libertades de los medios.

Hungría fue uno de los países con el peor puntaje en Europa, ocupando el puesto 89 de 180. Según RSF, "las cosas no mejoran" en el país, donde la fundación de medios progubernamentales, es decir, la Fundación de Prensa y Medios de Europa Central (KESMA) ) aún domina el panorama de los medios de comunicación, mientras que el acceso a la información, la censura y la selección de personal de los medios de comunicación son limitados.

El 30 de marzo, el parlamento húngaro aprobó una ley que otorga al Primer Ministro del país, Viktor Orbán, poderes extraordinarios para gobernar por decreto durante el estado de emergencia, sin una fecha límite clara. La ley prevé, entre otras, fuertes multas e incluso encarcelamiento para aquellos que publican noticias relacionadas con Covid-19 que el gobierno considera falsas o distorsionadas e interfieren con la "protección exitosa" del público.

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