El presidente francés, Emmanuel Macron, dijo al primer ministro australiano Scott Morrison que el desguace de un contrato submarino multimillonario “rompió la relación de confianza” y dijo que Canberra debería proponer “acciones tangibles” para curar la brecha diplomática, escribe The Guardian. A mediados de septiembre, Australia anunció que, en lugar de submarinos franceses, trabajaría con los EE. UU. Y el Reino Unido para adquirir al menos ocho submarinos de propulsión nuclear en una asociación que se conocerá como Aukus.