Moldavia se enfrenta a la peor crisis demográfica de Europa

Mientras Moldavia se prepara para conmemorar los 30 años desde que obtuvo su independencia de la Unión Soviética, el este de Europa está obsesionado por su asombrosa pérdida de población.

Casi un tercio de su población se ha ido en las últimas tres décadas, lo que convierte al país en uno de los más afectados por el declive demográfico observado en muchas partes de la Europa poscomunista.

  • Muchos moldavos han adquirido la ciudadanía rumana para poder moverse libremente dentro de la Unión Europea (Foto: Par lamento Europeo)

Moldavia declaró su independencia de la entonces Unión Soviética en agosto de 1991, antes de ser reconocida oficialmente por las Naciones Unidas en marzo de 1992.

Según un análisis de la organización con sede en Chisinau Instituto de Desarrollo e Iniciativa Social (IDIS) Viitorul, desde 1991 hasta ahora, la población de la República de Moldova ha disminuido en casi 1,5 millones de personas.

El número de ciudadanos moldavos es ahora de 2,9 millones, incluidos los ciudadanos de la margen izquierda del Dniéster, que representan la región separatista de Transnistria, donde quedan poco más de 300.000 ciudadanos moldavos.

Los resultados muestran que Moldavia se está acercando a su nivel de población de 1950, si la tendencia continúa.

El censo más reciente, que data de 2014, sitúa la población del país en 2,8 millones, frente a los 4,3 millones registrados por el censo de 1989.

Datos de Oficina de estadísticas de Moldavia destacar la dramática caída de la población en el período posterior al colapso de la Unión Soviética.

Según Veaceslav Ioniță, el experto del IDIS en políticas económicas, en 1991 la población de Moldavia llegó a 4.364.000, incluida la gente de Transnistria, con 731 mil ciudadanos contados allí. Así, durante 30 años, el número de ciudadanos moldavos que quedaron en el país disminuyó en 1,5 millones: 1.036 millones menos en la margen derecha del Dniéster y 425 mil ciudadanos menos en la región de Transnistria.

La región separatista de Transnistria experimentó la caída de población más impactante, disminuyendo de 731.000 a 306.000 en los últimos 30 años.

“No creo que se encuentre otro país de Europa, u otra región, donde tengamos tal despoblación como ocurre en la margen izquierda del Dniéster”, dijo el economista.

La pérdida de población se debe a varios factores: tanto el crecimiento demográfico negativo, como los moldavos que se van a trabajar al extranjero o incluso la ciudadanía rumana para moverse libremente dentro de la Unión Europea.

Sin embargo, al hacerlo, significaba que ahora aparecían en las estadísticas como rumanos, por lo que su número es casi imposible de rastrear.

Preocupados por la agitación política, la pobreza extrema y la corrupción, no sorprende que incluso con una población en grave disminución, los moldavos restantes sigan buscando una salida. Según una encuesta, a uno de cada tres moldavos todavía le gustaría salir del país.

Amenaza existencial

La devastadora pérdida de población no solo está causando escasez de mano de obra y una grave falta de profesionales en campos clave como la salud, sino que amenaza la existencia misma del estado.

En declaraciones a EUobserver, Armand Gosu, un especialista en la ex región soviética, dijo que la contracción de la población de Moldavia debe discutirse en términos existenciales.

“Lo que está en juego es enorme. Estamos hablando de la supervivencia de un estado. A lo largo de la historia, los estados han aparecido y desaparecido. La crisis de población de Moldavia habla de la validez de su existencia como estado”.

Gosu dijo que el éxito de la coalición gobernante y una economía mejorada podrían ralentizar la tasa de despoblación. “No hay países sin gente, de ahí la enorme tarea que tenemos por delante y el desafío que debe afrontar el nuevo gobierno”, dijo a EUobserver.

Para que la tendencia cambie, Moldavia necesita una revisión de su gobierno y una ruptura drástica con las prácticas oligarcas del pasado, que el gobierno actual ha dicho que emprenderá.

El presidente proeuropeo recientemente elegido de Moldavia, así como la actual mayoría parlamentaria, prometieron tolerancia cero hacia la corrupción y pidieron el esfuerzo combinado de todas las fuerzas proeuropeas para satisfacer las expectativas de los ciudadanos.

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