¿Por qué el Líbano merece apoyo internacional?



Las noticias del Líbano en las últimas semanas han sido sombrías. A medida que las protestas callejeras en Beirut y otras ciudades se intensifican, también lo hace el sufrimiento económico del país. Se ha desatado una crisis política, económica y social que ha provocado una escasez de divisas que obstaculizan las importaciones de productos básicos diarios como el trigo, los medicamentos y el combustible. Además, estos problemas se producen en un contexto de crecimiento económico tambaleante y enormes deudas externas. Los bancos locales han impuesto controles de capital sin precedentes, y miles de libaneses han perdido recientemente sus empleos o sus salarios se han reducido considerablemente.

Visto desde afuera, solo hay una solución viable: el propio Líbano necesita resolver su crisis política e implementar las reformas económicas y fiscales necesarias y atrasadas. Pero para tener éxito, el país necesita que la comunidad internacional lo respalde financieramente.

En una conferencia en París en 2018, donantes internacionales comprometido $ 11 mil millones en préstamos y donaciones al Líbano, condicionados a la implementación de varias reformas, un mensaje que los donantes hicieron recientemente reiterado

. La formación de un gabinete en funcionamiento es un primer paso en ese camino, para que la comunidad internacional pueda ver un gobierno efectivo que regrese al país. Estas condiciones parecen justas y en línea con algunas de las demandas de los manifestantes. Al mismo tiempo, el apoyo internacional al Líbano en su momento de necesidad debe ser firme e inequívoco.

Es importante recordar por qué el Líbano tiene tanta dificultad económica. Para empezar, el país ha sufrido las consecuencias de la guerra en la vecina Siria: alberga a 1,5 millones de refugiados que han huido del conflicto, y tiene el enorme impacto económico de tener un socio comercial cercano en la guerra. Al establecerse y cuidar a estos refugiados, el Líbano está asumiendo una carga intolerable con la esperanza de brindar mayor seguridad y estabilidad a una región muy peligrosa. Además, las sanciones estadounidenses contra el partido político chiíta y la milicia Hezbolá también afectan a ciudadanos y empresas libaneses comunes.

La discordia política interna también ha contribuido a la crisis actual. La presidencia del Líbano estuvo vacante durante más de dos años hasta octubre de 2016, y el anuncio de renuncia del primer ministro Saad Hariri en Arabia Saudita en 2017 conmocionó los mercados financieros del país y provocó salidas de capital. Después de las elecciones parlamentarias de Líbano en mayo de 2018, un nuevo retraso de nueve meses en la formación de un nuevo gobierno, nuevamente encabezado por Hariri, destacó el vacío de liderazgo y la deriva política del país.

Además, la calificación crediticia internacional del Líbano ha sido rebajada, más recientemente por Fitch, que bajado su calificación de triple-C a doble-C. Esto no es sorprendente: con una relación insostenible de deuda a PIB del 152%, en parte como resultado del fuerte endeudamiento requerido para financiar la reconstrucción de posguerra, el Líbano es el tercer país más endeudado del mundo. Los pagos de intereses consumen casi la mitad de los ingresos del gobierno, mientras que un aumento salarial del sector público en 2017 y tasas de interés más altas se han sumado al déficit presupuestario.

En contraste con la mala gestión económica de los sucesivos gobiernos libaneses, el banco central, Banque du Liban (BDL), ha dirigido de manera competente y diligente un camino a través de la turbulencia actual del mercado y ha servido como una fuerza estabilizadora bienvenida. Aunque el gobernador de BDL, Riad Salameh, ha sido criticado por el Partido Comunista Libanés y Hezbolá, de otra manera se lo considera un papel vital en la prevención de una crisis mucho peor.

Por ejemplo, la BDL ha vendido dólares estadounidenses a los principales importadores para garantizar la continuidad de los suministros esenciales y ha prestado al gobierno para que pueda pagar a los trabajadores clave del sector público, incluidas las fuerzas armadas. Además, el banco central tiene instruido Los bancos locales aumentarán su capital en un 20% para junio de este año, y está alentando el uso de la libra libanesa.

El Líbano ha recibido fuertes señales de la comunidad internacional de que también debe buscar asistencia del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial. Hariri, que actualmente se desempeña como primer ministro interino, ya que renunció poco después de que comenzaron las protestas en octubre de 2019, parece abierto a hacerlo. Moody's recientemente prevenido que sin ese apoyo internacional, Líbano sería cada vez más probable que enfrentara "un escenario de extrema inestabilidad macroeconómica", en el cual una reestructuración de la deuda y una desestabilización abrupta de la vinculación de la moneda al dólar resultaría en grandes pérdidas para los inversores privados.

Por lo tanto, la discusión continua sobre la prestación de apoyo económico al Líbano en este momento de crisis es alentadora e indica un fuerte consenso internacional para ayudar al país a ayudarse a sí mismo. Hubo otro desarrollo positivo (pero no reportado) en diciembre, cuando el gobierno de los Estados Unidos liberó $ 115 millones en ayuda institucional al Líbano.

Por supuesto, no será fácil para el Líbano poner en orden su casa política, dadas las continuas protestas callejeras y las crecientes tensiones. Pero los líderes políticos deben formar urgentemente un nuevo gabinete y entregar la serie de reformas requeridas por la comunidad internacional. A cambio, el país necesita y merece una promesa global de que a medida que avanza en este camino, los $ 11 mil millones en asistencia internacional seguirán rápidamente los fondos estadounidenses recientemente desembolsados.

La comunidad internacional tiene un interés vital en un Líbano estable y en recuperación, tanto por el bien del país como por el de estabilizar una región geopolíticamente estratégica. Además, los grandes sacrificios de este pequeño país como resultado de la guerra en Siria han contribuido en gran medida a reforzar nuestra propia seguridad en Europa. En nombre de nuestros propios ciudadanos agradecidos, le debemos a Líbano nuestro fuerte apoyo.

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