Un nuevo capital social para regiones inteligentes

Una de las tendencias más desafiantes que enfrentaremos en los próximos años tiene que ver con el desarrollo de regiones inteligentes enfocadas en la innovación y la competitividad.

Las regiones inteligentes serán laboratorios vivientes donde los municipios, empresas y universidades desarrollen agendas de innovación abierta e inteligencia colectiva que serán la base de un nuevo estándar de confianza entre los ciudadanos y las instituciones en una sociedad abierta y colaborativa.

También serán la plataforma para probar y desarrollar las raíces de un nuevo contexto y concepto de capital social que se centra en redes más colaborativas con una expansión más amplia en áreas internacionales. Estas regiones serán el punto de partida de una nueva agenda de una economía de valor que pueda desarrollar una consolidación sostenible que permita un mejor futuro individual y colectivo.

Los ciudadanos y las empresas tienen un papel central que desempeñar hacia una nueva actitud que esté relacionada con la creación de valor y se centre en la creatividad. La razón de esto es que en una época de cambios, los ciudadanos y las empresas no pueden esperar. Deben confirmarse como actores en un mundo muy exigente introduciendo en la sociedad y la economía un capital de confianza e innovación que es esencial para el liderazgo central en el futuro.

Los actores de estas regiones deben ser globales y capaces de impulsar la matriz social para venderla como un activo móvil en el mercado global. Ésta es la base de un nuevo capital social que debería ser el motor de un cambio efectivo en nuestra sociedad común.

Esta agenda de capital social en las regiones inteligentes debe estar respaldada por algunas propuestas estratégicas que demanden una nueva agenda operativa de todos los actores políticos, económicos y sociales. Los ciudadanos y las empresas deben saber integrarse y la cohesión social debe hacerse con la participación constructiva de los ciudadanos para generar una necesaria y efectiva actitud de movilización para este esfuerzo.

La educación debe ser la herramienta adecuada para esta ambición estratégica de regiones más inteligentes que puedan atraer al mejor talento para una comunidad desarrollada.

Las universidades y las empresas deben realizar una nueva alianza estratégica que se centre en los objetivos de valor añadido, creatividad y conocimiento. Ésta es la base de la agenda futura de las regiones inteligentes.

La economía y la sociedad siguen siendo una oportunidad para implementar una agenda de innovación, donde se pueda desarrollar un conjunto de oportunidades a mayor escala y de manera participativa.

La excelencia de las regiones inteligentes se juzgará por su compromiso efectivo de ser actores participativos. El desarrollo de proyectos estratégicos como el Polos de competitividad, Clústeres de innovaciones y ciudades y regiones del conocimiento son una confirmación efectiva de que la base de una nueva agenda en la economía depende de la capacidad de regiones inteligentes eficaces.

La confianza en desarrollar la capacidad de los actores locales para realizar una agenda de cambio efectiva que necesitamos para asegurar nuestro capital social para nuestras opciones estratégicas es clave en esta agenda. Los ciudadanos y las instituciones tienen una identidad única basada en una cultura sólida, y la cultura es un activo único. La ciudadanía y las instituciones deben poder involucrar a otros socios globales en la construcción de proyectos integrados que estén enfocados en el desarrollo de la cultura como motor de desarrollo. La reinvención de la cultura es, en sí misma, una forma muy innovadora de involucrar a más actores globales en este proyecto de futuro.

Las regiones inteligentes deben ser lugares especiales donde las personas sepan quiénes son y tengan un fuerte compromiso con los valores de libertad, justicia social y desarrollo. Esta es la base estratégica de un capital social innovador que dará a las regiones inteligentes una nueva razón para comprometerse con nuestra agenda de futuro común.

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