Por qué los sonidos y los olores son tan vitales para las ciudades como las vistas

En todo el mundo, investigadores como Howes investigan cómo la información no visual define el carácter de una ciudad y afecta su habitabilidad. Usando métodos que van desde paseos sonoros de baja tecnología y mapas de olores hasta raspado de datos, dispositivos portátiles y realidad virtual, están luchando contra lo que ven como un sesgo visual limitante en la planificación urbana.

“El simple hecho de poder cerrar los ojos durante 10 minutos te da una sensación totalmente diferente sobre un lugar”, dice Oğuz Öner, académico y músico.

Öner ha pasado años organizando caminatas sonoras en Estambul donde los participantes con los ojos vendados describen lo que escuchan en diferentes lugares. Su investigación ha identificado lugares donde se podría plantar vegetación para amortiguar el ruido del tráfico o donde se podría construir un órgano de ondas para amplificar los relajantes sonidos del mar, algo que le sorprendió darse cuenta de que la gente apenas podía escuchar, incluso a lo largo de la costa.

Los funcionarios locales han expresado interés en sus hallazgos, dice Öner, pero aún no los han incorporado en los planes urbanos. Pero este tipo de comentarios individuales sobre el entorno sensorial ya se está utilizando en Berlín, donde las zonas tranquilas identificadas por los ciudadanos mediante una aplicación móvil gratuita se han incluido en el último plan de acción contra el ruido de la ciudad. Según la legislación de la UE, la ciudad ahora está obligada a proteger estos espacios contra un aumento del ruido.

“La forma en que se identifican las áreas tranquilas suele ser muy descendente, ya sea en función del uso del suelo o de parámetros de alto nivel como la distancia a las autopistas”, explica Francesco Aletta, investigador asociado del University College London. “Este es el primer ejemplo que conozco de que algo impulsado por la percepción se convierte en política”.

Como miembro de la UE financiada Índices de paisaje sonoro proyecto, Aletta está ayudando a crear modelos de predicción sobre cómo las personas responderán a diversos entornos acústicos mediante la compilación de paisajes sonoros grabados, tanto vibrantes como tranquilos, en una base de datos y luego probando las reacciones neuronales y fisiológicas que provocan. Este tipo de herramientas son las que, según los expertos, son necesarias para crear un marco práctico que garantice que los elementos multisensoriales se incluyan en los criterios de diseño y los procesos de planificación de las ciudades.

La mejor manera de determinar cómo reaccionan las personas a diferentes entornos sensoriales es un tema de debate dentro del campo. Howes y sus colegas están adoptando un enfoque más etnográfico, utilizando la observación y las entrevistas para desarrollar un conjunto de mejores prácticas para un buen diseño sensorial en espacios públicos. Otros investigadores se están volviendo más de alta tecnología, utilizando dispositivos portátiles para rastrear datos biométricos como la variabilidad del ritmo cardíaco como un indicador de las respuestas emocionales a diferentes experiencias sensoriales. El proyecto GoGreen Routes, financiado con fondos europeos, busca ese enfoque mientras estudia cómo la naturaleza puede integrarse en los espacios urbanos de una manera que mejore la salud humana y ambiental.

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