Cómo Charm Industrial espera usar cultivos para reducir las emisiones de acero

La industria del hierro y el acero produce alrededor de 4 mil millones de toneladas de emisiones de carbono cada año, lo que representa alrededor del 10% de toda la contaminación climática relacionada con la energía, según un informe de 2020 por la Agencia Internacional de la Energía. Esas cifras han aumentado considerablemente este siglo, impulsadas por el rápido crecimiento económico en China y en otros lugares.

Las fuertes emisiones y las políticas climáticas cada vez más estrictas en algunas áreas, incluidos Canadá y la Unión Europea, han comenzado a obligar a algunos

compañías para explorar formas más limpias de producir estos componentes esenciales del mundo moderno.

La empresa conjunta sueca Hybrit entregó el primer lote comercial de acero verde a Volvo el año pasado. Esta asociación entre el gigante del acero SSAB, la empresa eléctrica estatal Vattenfall y la empresa minera LKAB utilizó un método de fabricación que se basaba en hidrógeno libre de carbono en lugar de carbón y coque. Otras compañías están explorando el uso de instalaciones con equipos que capturan dióxido de carbono o, como Boston Metal, implementando métodos electroquímicos completamente diferentes.

Charm está evaluando otro enfoque más. En la esquina trasera del almacén de la empresa, los empleados han estado utilizando un artilugio de metal angosto, conocido como reformador, para hacer reaccionar el bioaceite de la empresa con vapor caliente y oxígeno. Eso produce lo que se conoce como gas de síntesis, que es principalmente una mezcla de monóxido de carbono e hidrógeno.

verter bioaceite
Bioaceite producido a partir de restos de cultivos.

ENCANTO INDUSTRIAL

Eso podría potencialmente cambiarse a un método de producción de hierro y acero.

La forma más común de producción de acero comienza con un alto horno, que calienta el mineral de hierro, la piedra caliza y el coque, una forma de carbón, a temperaturas superiores a los 1500 ˚C. El metal cargado de carbono resultante, conocido como “arrabio”, luego se mueve a un segundo horno, donde se le inyecta oxígeno, se eliminan las impurezas y se agregan otros materiales para producir varios grados de acero.

Las emisiones ocurren en cada etapa de este proceso, incluyendo la extracción y producción de hierro, carbón y coque; la combustión de combustibles para hacer funcionar los hornos; y las reacciones químicas que ocurren dentro de ellos.

Pero alrededor del 7% del acero no reciclado actual se produce en un tipo diferente de horno, utilizando lo que se conoce como método de reducción directa. Por lo general, depende del gas natural para extraer los átomos de oxígeno del mineral de óxido de hierro en un horno de cuba. Esto produce lo que se conoce como hierro esponja, que básicamente solo necesita fundirse y mezclarse con otros materiales. Ese segundo paso se puede hacer en lo que se conoce como un horno de arco eléctrico, que puede funcionar con energía libre de carbono de plantas solares, eólicas, geotérmicas o nucleares.

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