Un ciego puede volver a distinguir objetos después de un tratamiento optogenético

Los médicos emplearon la terapia genética para agregar una molécula sensible a la luz a uno de los ojos del hombre. El gen que agregaron, llamado chrimson, proviene de una especie de alga unicelular que es capaz de detectar la luz solar y moverse hacia ella.

La idea de agregar el gen, dice Roska, es diseñar célu las de la retina llamadas ganglios para que puedan responder a la luz, enviando señales visuales al cerebro.

La estrategia, financiada por una empresa francesa llamada GenSight Biologics, requiere que los pacientes usen un conjunto de gafas electrónicas que capturan los contrastes de luz en el entorno y luego proyectan una imagen en la retina a alta intensidad utilizando la longitud de onda específica de la luz amarillo-naranja que activa la molécula de chrimson.

Un paciente ciego tratado con una nueva forma de terapia génica emplea un juego de gafas para tratar de contar los objetos colocados en su campo de visión. Lleva una gorra de electroencefalograma para que los investigadores puedan medir la respuesta de su cerebro a la luz.

NATURALEZA

Según José-Alain Sahel, un investigador de la Universidad de Pittsburgh que jugó un papel principal en el experimento y es cofundador de GenSight, el ciego al principio no notó ningún efecto, pero gradualmente comenzó a informar que veía formas mientras usaba las gafas. Sahel describe al paciente como “el primero en beneficiarse de la optogenética”.

Con entrenamiento, el hombre pudo percibir si se había colocado un cuaderno en una mesa frente a él. También podía contar las tazas de colores oscuros que tenía delante, aunque no siempre con precisión.

La optogenética se usa ampliamente en experimentos de neurociencia en animales, donde las moléculas sensibles a la luz se agregan a las células cerebrales. Luego, utilizando pulsos de luz entregados a través de cables de fibra óptica, los investigadores pueden hacer que se activen nervios específicos, en algunos casos para provocar comportamientos específicos.

Los esfuerzos para adaptar la técnica como cura para la ceguera comenzaron en 2016, cuando una mujer de Texas se convirtió en la primera persona tratada con optogenética por una pequeña empresa, RetroSense, que luego fue adquirida por Allergan. Los resultados de ese estudio nunca se informaron públicamente, aunque los funcionarios de Allergan dijeron más tarde que algunos pacientes afirmó ver la luz, como percibir una ventana brillante en una habitación oscura.

Vedere Bio, una startup en Cambridge, Massachusetts, también ha estado desarrollando tratamientos optogenéticos.

Según Roska y Sahel, varios pacientes han sido tratados en el ensayo clínico patrocinado por GenSight, pero solo el hombre cuyo caso se describe hoy ha utilizado las gafas.

El nivel de visión restaurado al paciente sigue siendo extremadamente limitado. Lo que ve a través de las gafas es monocromático y la resolución no es lo suficientemente alta para leer, o incluso para distinguir un objeto de otro.

Los investigadores dijeron que las gafas probablemente se perfeccionarían y que con más entrenamiento, el hombre podría ver más de lo que ve ahora. “El nivel de visión que vamos a alcanzar es imposible de predecir”, dice Sahel.

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