Ser capaz de fingir es una habilidad valiosa a lo largo de la vida, ya sea jugando a la imaginación cuando éramos niños o fingiendo interés en el programa de televisión favorito de nuestra pareja, y un nuevo estudio sugiere que aprendemos El arte de fingir A una edad muy temprana.
Investigadores del Reino Unido encuestaron a 902 padres de ese país, Estados Unidos y Australia sobre sus hijos, desde su nacimiento hasta los 47 meses (casi cuatro años).
Encontraron que algunos de los jóvenes estaban participando en juego de simulación A los cuatro meses, aproximadamente la mitad de ellos eran capaces de fingir a los 12 meses. A los 13 meses, la mitad de los niños de la muestra también podían reconocer el juego de simulación.
“Nuestros hallazgos resaltan cómo la simulación es un proceso complejo y evolutivo que comienza muy temprano en la vida, ayudando a que sus habilidades cognitivas y sociales avancen”, dice La psicóloga educativa Elena Hoicka, de la Universidad de Bristol.
“La simulación es una parte fundamental del aprendizaje de los niños, de su creatividad, de la creación de amistades y de la comprensión de otras personas. Este estudio describe sus diferentes etapas y tipos”.
La simulación se vuelve más sofisticada a medida que los niños crecen. Hoicka y su coautora, la psicóloga clínica de la Universidad de Oxford Eloise Prouten, informan que comienza con el cuerpo (simular que se duerme, por ejemplo), luego pasa a los gestos y acciones (como cepillarse los dientes con un dedo) y luego evoluciona hacia la sustitución de objetos (tal vez usar un plátano como teléfono).
A los dos años, los niños suelen incorporar más pensamiento abstracto, descubrieron los investigadores. En esta etapa, los niños pueden simular hacer algo con lo que no tienen experiencia, como volar un avión. nave espacial
A medida que se acercan a los tres años, los niños usan todo su cuerpo para fingir ser otras personas (como personajes de dibujos animados), animales o árboles. Otros tipos de simulación que se realizan a la edad de tres años incluyen escenarios más inusuales y amigos imaginarios.
“A medida que sus habilidades lingüísticas también se desarrollan, esto puede ayudarlos a fingir de nuevas maneras, lo que les permite crear historias elaboradas al hacerlo”. dice Hola.
En total, el equipo pudo identificar 18 tipos diferentes de simulación en estos niños pequeños. Afirman que es el primer estudio conocido que registra el comportamiento de simulación desde el nacimiento hasta los tres años.
Los informes de los padres, como reconocen los autores, pueden no ser siempre precisos, pero se ha demostrado que se correlacionan con los informes de laboratorio en estudios anteriores. El uso de este método les permitió examinar de manera eficiente estas relaciones con una muestra más grande y más joven.
Las pruebas de laboratorio y los estudios observacionales actuales tienen otras limitaciones, como un menor número de participantes y el potencial de agotar a los niños pequeños, ya que no logran captar sus habilidades si no están de humor para fingir.
Una de las formas en que los resultados del estudio podrían ser útiles es para comprender mejor patrones de desarrollo En nuestros primeros años de vida, es posible que determinados tipos de juego o aprendizaje sean más adecuados para distintas etapas de la vida de los niños.
“Con más investigaciones, los hallazgos tienen el potencial de ser utilizados como una herramienta de diagnóstico para las diferencias de desarrollo en los primeros años”. dice Hola.
“En última instancia, esto podría ayudar a los padres, educadores de los primeros años y profesionales médicos a comprender mejor cómo jugar con los niños en diferentes etapas del desarrollo”.
La investigación ha sido publicada en Desarrollo cognitivo.