Cómo los científicos imaginaron y construyeron una utopía submarina para los humanos

Cómo los científicos imaginaron y construyeron una utopía submarina para los humanos

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Pintura de corte artístico del hábitat Tektite II. Colección Histórica de Pesca de la Biblioteca Central de NOAA / pescado / 9765.

Pintura de corte artístico del hábitat Tektite II. Colección Histórica de Pesca de la Biblioteca Central de NOAA / pescado / 9765. (Cortesía de Harvard University Press /)

Extraído de Laboratorio de Neptuno: fantasía, miedo y ciencia en el mar por Anthony Adler. Copyright 2019, Harvard University Press.

En un articulo en Científico nuevo En marzo de 1960, el biólogo marino británico Sir Alister Hardy sugirió que un antepasado de los homínidos modernos se había visto obligado por la competencia evolutiva terrestre a adaptarse una vez más a la vida en el mar. Como evidencia, citó varios mamíferos acuáticos contemporáneos que se cree que tienen ancestros terrestres como ballenas, focas y manatíes. Afirmó que algunos homínidos podrían haber estado sujetos a la misma presión evolutiva. Y si tal evento hubiera sucedido en el pasado, podría y volvería a suceder. "Nadie puede dudar de que la historia se repetirá y el Hombre se verá obligado a vivir nuevamente en el mar". El artículo de Hardy fue acompañado por dibujos de buzos que acorralaban peces con un "futuro arrastre de tractor submarino". Afirmó que el futuro de la humanidad dependía sobre la explotación exitosa de los recursos marinos, principalmente alimentos marinos. Y estaba lejos de estar solo en estas especulaciones. Después de la Segunda Guerra Mundial, mientras las potencias aliadas luchaban por cuidar a miles de personas desplazadas en Europa, las algas marinas atrajeron la atención como un posible alimento milagroso que podría resolver el problema del hambre en el mundo. La Carnegie Institution, presidida por el ex jefe del programa de investigación científica en tiempo de guerra de los Estados Unidos, Vannevar Bush, defendió la idea. Algunas personas, incluso de manera más ambiciosa, especularon que los humanos encontrarían formas de desviar las corrientes oceánicas para aumentar la producción de alimentos en regiones áridas y congeladas del mundo.