Italia en total bloqueo por coronavirus: así es como llegó a ese punto y cómo sus errores podrían repetirse en otro lugar


“Tempo no c’e’ piu ’” – “Nos hemos quedado sin tiempo”. Con esas palabras, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, anunció el lunes la medida más radical de cualquier país desde el brote de coronavirus.

A partir del martes, toda Italia, un país de más de 60 millones de personas, está cerrada.

Nadie puede salir de la ciudad donde reside sin un permiso especial; bares y restaurantes cerrarán a las 6 p.m .; no se realizarán eventos deportivos o grandes reuniones hasta al menos el 3 de abril.

Es un giro extraordinario de eventos que tardó menos de 19 días en materializarse. Desde el descubrimiento del “paciente No. 1”, nombrado solo como Mattia, un gerente de 38 años de Unilever, el 21 de febrero, hasta la dramática decisión del lunes por la noche, Italia ha visto crecer su número de casos confirmados de coronavirus a 7,985 mientras el número de muertos ahora se sitúa en 463.

¿Las acciones drásticas de Italia serán una plantilla para otros países afectados por COVID-19? ¿O es Italia víctima de los errores de sus autoridades y de la decisión de muchos de sus ciudadanos de ignorar las reglas?

Es una pregunta que los Estados Unidos y otros países europeos donde los casos comienzan a acumularse, como Francia, Alemania y España, deberían hacerse. Aquí hay un vistazo a lo que sucedió en Italia y si podría repetirse en otros lugares.

1. Falta de procedimientos rápidos de cuarentena al comienzo del brote

Esto definitivamente depende de la administración de Conte y las autoridades locales. No está claro cómo Mattia contrajo el virus, pero el gobierno solo introdujo medidas de cuarentena para aquellos que vienen de las áreas afectadas después del descubrimiento de su caso. Es posible que el país nunca descubra quién era realmente el “paciente cero”, pero es probable que haya sido alguien que había regresado recientemente de China y no fue atrapado.

2. Aislamiento de pequeñas áreas o ciudades.

El primer encierro, el día en que se confirmó el caso de Mattia, solo se centró en un puñado de “comuni”, pequeñas ciudades y áreas circundantes, en el norte del país. Se tomaron medidas para evitar la propagación del pánico y la actividad económica que golpea indebidamente en una de las zonas más productivas del país. Un movimiento comprensible, pero que resultaría inadecuado.

3. La escalada de medidas lleva al pánico

Para el 23 de febrero, al darse cuenta de que el virus se estaba propagando, las autoridades italianas aumentaron sus medidas, cerrando escuelas, bares, clubes nocturnos y otros lugares públicos en seis regiones del norte del país. El mundialmente famoso Carnaval de Venecia fue desechado, al igual que varios partidos de fútbol de primer nivel. ¿El resultado? Las personas preocupadas asediaban los supermercados, agarrando todo lo que podían encontrar, desde desinfectantes para manos hasta pasta. Los países vecinos, liderados por Austria, comenzaron a hacer preguntas y a hacer un examen más estricto en la frontera.

4. El autoaislamiento y el teletrabajo se afianzan

El lunes, cuando comenzó la semana laboral, las personas y las corporaciones comenzaron a tomar sus propias decisiones. Milán, la ciudad más grande del norte de Italia, abrió el camino. A medida que más y más compañías pedían o permitían a las personas trabajar desde casa, el metro de Milán, generalmente lleno de viajeros, estaba desierto. Algunas fábricas también se vieron obligadas a cerrar porque los trabajadores de las áreas afectadas no pudieron comunicarse con ellas.

5. Romper las reglas

A pesar del rápido aumento en el número de casos, algunos italianos pensaron que sabían mejor. En los primeros días del brote abundaban los informes de personas que ignoraban las reglas, intentaban abandonar las zonas acordonadas o simplemente ignoraban los consejos de salud pública de las autoridades. No es una coincidencia que, en su declaración del lunes por la noche, Conte prometió fuertes sanciones contra los infractores de las nuevas reglas.

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