La garantía infantil de la UE bajo fuego a medida que aumentan las cifras de pobreza

La garantía infantil de la UE bajo fuego a medida que aumentan las cifras de pobreza

En 2022, el número de niños en riesgo de pobreza y exclusión social en la UE volvió a aumentar hasta el 24,7 %, es decir, un niño de cada cuatro.

La pandemia y la crisis del coste de vida han revertido la tendencia a la baja de estas cifras observada hasta 2019, a pesar de los esfuerzos de los estados miembros, incluso a través de la garantía infantil de la UE.

  • En 2021, casi la mitad de los niños de Rumanía vivían en la pobreza o la exclusión social (Foto: Unsplash)

La garantía se basa en una recomendación del Consejo de 2021 y, aunque no es legalmente vinculante, recomienda que los estados miembros garanticen un conjunto mínimo de servicios clave para los hogares que luchan por satisfacer las necesidades básicas de sus hijos más pequeños. Estos son el acceso a una vivienda adecuada, alimentación saludable, educación o atención médica.

Sin embargo, más de dos años después, la respuesta de los países de la UE sigue siendo insuficiente, tanto en términos de acción como de velocidad de implementación.

En 2021, Rumanía, Bulgaria y España alcanzaron niveles de pobreza infantil muy por encima del promedio.

Según Eurostat, el 41,5 % de los niños de Rumanía vivían entonces en la pobreza o la exclusión social, frente al 11 y el 13 % en países como Eslovenia o la República Checa.

“La implementación [of the child guarantee] no va como se esperaba”, dijo a EUobserver el eurodiputado rumano y vicepresidente del intergrupo de derechos del niño Dragos Pislaru (grupo Renew). “Podríamos hacer más”.

Como resultado de la recomendación, las capitales nacionales dispusieron de nueve meses para nombrar un coordinador nacional y elaborar un plan de acción para abordar el problema.

Hasta el momento, cuatro países (Rumanía, Austria, Letonia y Alemania) no han presentado sus planes de acción nacionales. E incluso algunos países de la UE que lo han hecho simplemente han vuelto a empaquetar medidas antiguas.

“Muchas de las políticas incluidas en los planes de acción ya existían”, destaca un nuevo reporte por la agencia de derechos fundamentales de la UE (FRA). “Esto podría significar que las prácticas existentes continúan sin ninguna mejora en las políticas”.

¿Poder suficiente?

En cuanto a los coordinadores nacionales, todos los países han designado los suyos, aunque con distintos grados de responsabilidad.

Dadas sus diferentes antecedentes y niveles de antigüedad, “no está claro si tendrán la autoridad suficiente para cumplir con su función de manera efectiva”, agrega la FRA.

La agencia considera que el seguimiento de estos planes debe ser monitoreado como parte del semestre europeo y que los resultados deben ser incluidos en las recomendaciones que se hacen a cada estado miembro.

Para la eurodiputada de Renew Europe, se necesita más que una recomendación para dar respuesta a este problema urgente al que se enfrentan las sociedades europeas.

“Necesitamos orientación, necesitamos una implementación adecuada y una estructura institucional”, enfatizó Pislaru.

Su propuesta es crear una Autoridad Europea de la Infancia, al estilo de la Autoridad Laboral Europea (ELA), pero sin estatus de agencia, sin mandato ejecutivo y sin injerencia en las competencias sociales de los estados miembros.

La idea es crear una agencia flexible capaz de avanzar en la agenda, identificar problemas, buscar soluciones, proponer buenas prácticas y, sobre todo, mejorar la coordinación entre los países de la UE.

Ya atrasado

Los Estados miembros se han comprometido a reducir el número de personas que viven en la pobreza o la exclusión social en al menos 15 millones para 2030. Al menos cinco millones de ellos deberían ser niños.

“El objetivo ya no es ambicioso”, dijo a EUobserver Enrico Tormen, asesor principal de defensa de Save the Children Europa. “No refleja la realidad porque está ambientada antes de la crisis que estamos viviendo”.

El grupo de defensa de los niños ahora pide que se ajusten estos objetivos, en particular para garantizar que la garantía infantil de la UE no se desperdicie como una herramienta para combatir lo que describe como una crisis paneuropea.

Pero esa es una crisis que no afecta a todos por igual. La pobreza es más frecuente entre ciertos grupos y en ciertas regiones europeas, aunque la sufren todos los estados miembros, incluso los nórdicos.

En el caso de los niños gitanos, más de ocho de cada diez vivían en hogares en riesgo de pobreza o exclusión social en 2021.

Los niños inmigrantes de Ucrania y otros terceros países son otro grupo de este tipo.

Entre 2021 y 2022, el número de niños solicitantes de asilo aumentó de 167.495 a 222.100. El aumento es similar para los menores no acompañados.

El impacto se siente en las cifras más recientes, pero es aún más significativo en el largo plazo.

La OCDE estima que se necesitan alrededor de cinco generaciones para que las familias pobres alcancen el ingreso promedio de su país.

“Incluso si la crisis ha terminado, los efectos no”, señala Tormen.

“Tenemos que renovar todo el sistema de inversión en la niñez, para entender que separar la asistencia social de la educación, la salud, la vivienda, no nos llevará a ningún lado”, concluyó Pislaru.

Leave a Reply

Your email address will not be published. Required fields are marked *