Los españoles se enfrentan a una dura elección en las elecciones anticipadas del domingo

Los españoles se enfrentan a una dura elección en las elecciones anticipadas del domingo

Los votantes españoles acudirán a las urnas el domingo (23 de julio) para unas elecciones generales anticipadas, con un posible cambio de poder a la vista.

Dadas las vacaciones escolares de verano, más de 2,6 millones de personas ya han solicitado el voto por correo, lo que indica una participación general potencialmente alta.

  • El partido de extrema derecha Vox, liderado por Santiago Abascal, promueve abiertamente la ‘abolición de toda legislación de género’ en su manifiesto (Foto: Vox España)

En esta contienda electoral fundamental, los españoles decidirán si mantienen el gobierno minoritario del presidente del Gobierno socialista Pedro Sánchez o si otorgan su respaldo al derechista Partido Popular (PP), liderado por el líder conservador Alberto Núñez Feijóo, quien ya ha confirmado una posible coalición con el ultraderechista Vox en caso de que no alcance la mayoría absoluta.

Las encuestas de opinión finales del lunes mostraron que Núñez Feijóo ocuparía el primer lugar, reuniendo más de un tercio de los votos (alrededor de 140 escaños), pero sin lograr una mayoría absoluta de 176 escaños en la cámara baja de 350 miembros del país.

En función del número de escaños que consiga el PP, Núñez Feijóo tendrá que hacer un Gobierno de coalición con Vox antifeminista, antimigratorio y ultraderechista o pedir la abstención de los socialistas de Sánchez para conseguir un Gobierno sin Vox.

La campaña política de Núñez Feijóo ha expresado su preferencia por esta última opción, ya que formar una coalición con Vox podría generar desafíos y complicaciones a lo largo de la próxima legislatura.

A pesar del rechazo de Sánchez a la abstención a favor del PP, esta sigue siendo una posibilidad para formar gobierno, evitando potencialmente involucrarse con la facción de extrema derecha.

En caso de que las encuestas de opinión se equivoquen y el PSOE de Sánchez obtenga más escaños de los previstos actualmente, Sánchez a su vez tendrá que hacer un gobierno de coalición con Sumar, una nueva alianza de grupos de extrema izquierda que incluye a Unidas Podemos, el anterior socio de coalición. El partido feminista, de izquierda y ecologista Sumar está dirigido por la ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, que ha ganado apoyo para su política contra la austeridad y las reformas laborales.

Siguiendo la tendencia de Europa

El resultado de las elecciones generales de España tendrá importantes implicaciones para el panorama político del país, pero también para Europa y las próximas elecciones de la UE.

Una hipotética coalición entre el PP y el partido de ultraderecha Vox añadiría a España a la lista de países donde los partidos de ultraderecha están en el gobierno, ya sea solos (por ejemplo, en Polonia y Hungría) o formando coalición (Italia y Finlandia).

Es probable que una coalición de este tipo plantee preocupaciones sobre los derechos humanos, la migración, el bienestar social y el regionalismo, como Cataluña, y los expertos advierten que esto también podría tener un impacto en Europa.

“Vox en el gobierno probablemente alejaría al PP de sus puntos de vista más moderados sobre cosas como la legislación climática y la igualdad de género. Pero no creo que debamos preocuparnos demasiado, por ahora”, dijo a EUobserver Camino Mortera Martínez del Centro para la Reforma Europea (CER), un grupo de expertos.

Sostiene que incluso si Vox logra entrar en el gobierno con uno o dos escaños en el gabinete, eso no será suficiente para socavar la histórica actitud europeísta de España.

En medio del creciente retroceso político contra las propuestas verdes, de las mujeres y de los derechos de los trabajadores, como ya se ha visto en algunos países de la UE y partes del Parlamento Europeo (que se espera que se incline aún más a la derecha después de las elecciones de 2024), Mortera Martínez también dice que “una coalición PP-Vox encajaría bien con el espíritu de la época que se avecina”.

Y, de hecho, España ocupa actualmente la presidencia del Consejo de la UE hasta el 31 de diciembre.

Dependiendo del resultado de las elecciones, los legisladores españoles pueden centrarse más en los asuntos internos y la política nacional, lo que podría desviar la atención de los acontecimientos en Bruselas.

Pero no se espera que el trabajo técnico en el consejo se vea afectado por un cambio en el gobierno.

Freno a las leyes verdes y sociales

Mientras tanto, cualquier coalición PP-Vox también es probable que desencadene un freno a la transición verde d el país, así como a las mejoras sociales y laborales.

Hace apenas unas semanas, el líder conservador Feijóo declaró en Bruselas que respetaría la reforma laboral impulsada por la coalición de izquierda. En año y medio, esta histórica iniciativa ha conseguido aumentar el número de empleados cubiertos por la seguridad social, reducir los contratos temporales abusados ​​y recortar los altos niveles de desempleo.

Sin embargo, el programa electoral del PP no menciona la reforma laboral, mientras que Vox habla de retirar la reforma socialista e introducir una nueva.

Los críticos también han expresado su preocupación por el impacto que tendría un gobierno de derecha en los esfuerzos de ecologización de la economía del país.

Por ejemplo, un gobierno conservador también vería el final de la denominada “excepción ibérica” ​​en el precio máximo de la energía.

Además, también se espera que los esfuerzos políticos para proteger la naturaleza en la Península Ibérica enfrenten oposición si se produce un cambio de gobierno.

A principios de este año, PP y Vox presionaron para legalizar, en el parlamento andaluz, el riego en una sección del Parque Nacional de los Humedales de Doñana, una práctica ilegal generalizada que ha puesto el sitio Natura 2000, protegido por la ley de la UE, y su ecosistema bajo una inmensa presión.

Mientras tanto, las tensiones en la región catalana podrían exacerbarse bajo un gobierno conservador que se espera que adopte una postura firme en temas relacionados con los movimientos a favor de la independencia.

En el frente fiscal, el camino del PSOE y Unidas Podemos de gravar temporalmente las grandes fortunas y gravar los beneficios de las empresas energéticas o los bancos se invertiría por completo.

Una coalición PP-Vox haría lo contrario: bajar significativamente los impuestos. El partido de extrema derecha incluso propone abolir los impuestos sobre la riqueza y la herencia.

¿Histórico primero?

En 2020, España finalmente rompió su jerarquía bipartidista de larga data, con una coalición entre los socialistas de Sánchez y el partido de izquierda Podemos.

PP y Vox ya han formado pactos controvertidos en diferentes regiones españolas (por ejemplo, Extremadura, Valencia y Baleares), tras los resultados de las elecciones regionales de mayo pasado que llevaron a Sánchez a convocar elecciones anticipadas.

Pero sería una primicia histórica si Vox y PP formaran una coalición a nivel nacional.

El partido Vox, fundado en 2013, ganó 12 escaños en el parlamento regional de Andalucía en 2018, convirtiéndose en el primer grupo de extrema derecha en triunfar en las papeletas desde la época de Franco.

Vox busca explotar la línea más blanda del PP de centroderecha en ciertas políticas, además de rechazar el ascenso del gobierno socialista después de 2004, que impulsó los derechos sociales (incluida una ley de matrimonio entre personas del mismo sexo), y como una respuesta nacionalista contra los movimientos separatistas vasco y catalán.

Si entraran al gobierno, uno de los temores sociales más significativos es el posible retroceso de los derechos alcanzados por las mujeres y el colectivo LGTBIQ+ en los últimos años.

El programa político de Vox incluye abiertamente la “abolición de toda legislación de género” como una de sus medidas para garantizar la “igualdad de los españoles”.

A pesar de la retirada de las banderas del arcoíris de varios ayuntamientos donde PP y Vox gobiernan en coalición, el partido de Feijóo ha querido desmarcarse de los mensajes de la ultraderecha el Día del Orgullo (28 de junio) emitiendo un manifiesto en el que “reafirmamos nuestro compromiso con las políticas de lucha contra la LGTBIfobia”.

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