Pasos finales para la debida diligencia de la UE en la ley de cadenas de suministro

Pasos finales para la debida diligencia de la UE en la ley de cadenas de suministro

El colapso del complejo fabril Rana Plaza en Bangladesh, donde murieron más de 1000 personas en 2013, generó conciencia sobre las malas condiciones laborales y los abusos laborales de la industria de la moda.

Pero, ¿cómo puede caer repentinamente una fábrica certificada? La diligencia debida de marcas de moda conocidas como Primark, Mango y Benetton fracasó.

Durante años, las principales empresas han sido objeto de crecientes críticas por el impacto de sus operaciones en los derechos humanos y el medio ambiente.

En 2021, conocidas marcas de moda como Nike, Adidas, Zara y H&M se enfrentaron a un escrutinio por sus conexiones en la cadena de suministro con la región china de Xinjiang, donde Beijing ha sido acusada de abusos contra los derechos humanos de los uigures étnicos musulmanes.

Pero la explotación petrolera de Shell que contamina el delta del Níger y el proyecto petrolero de Total en entornos sensibles de Uganda y Tanzania también ilustran cómo la huella ambiental de las operaciones de algunas multinacionales puede ser alta.

En respuesta a las expectativas de los consumidores y los llamados a la acción internacionales, varios países de la UE, como Francia, Alemania y los Países Bajos, ya cuentan con políticas sobre responsabilidad social corporativa, basadas en disposiciones opcionales y obligatorias.

Pero la UE ha reconocido que los esquemas voluntarios que implementan la diligencia debida (principalmente a través de códigos internos de conducta y auditorías sociales) son débiles, especialmente en algunos sectores de alto riesgo como la confección, la minería y la agricultura.

Además de eso, el riesgo de un mosaico de reglas de la cadena de suministro y la desventaja competitiva para algunas empresas de la UE ha llevado a Bruselas a presentar una ley dura para garantizar que las empresas rindan cuentas por los derechos humanos y los abusos ambientales en sus cadenas de suministro, en en línea con los estándares internacionales de la ONU y la OCDE.

Esto significa que los minoristas, por ejemplo, pueden enfrentarse a responsabilidad civil si los artículos que venden en la UE han sido fabricados con mano de obra infantil.

Difíciles negociaciones por delante

Después de disputas internas en la comisión de la UE, que obligaron a retrasar la propuesta en al menos dos ocasiones, el ejecutivo de la UE presentó en febrero de 2022 su tan esperada propuesta de una nueva ley de diligencia debida intersectorial.

Unos meses después, los estados miembros de la UE acordaron su posición, restringiendo el alcance de la legislación y reduciendo las obligaciones de responsabilidad de las empresas.

La semana pasada, el Parlamento Europeo adoptó su posición sobre el texto, con 366 votos a favor, 225 en contra y 38 abstenciones, lo que demuestra malestar en el hemiciclo, tras un intento de varios eurodiputados de suavizar la legislación.

Antes de la votación, los legisladores conservadores, especialmente del Partido Popular Europeo (PPE) de centro-derecha, se hicieron eco de las preocupaciones planteadas por algunos grupos empresariales sobre la falta de claridad legal de algunas disposiciones y el impacto potencial de esta ley en las PYME y la competitividad.

Las conversaciones interinstitucionales entre los eurodiputados y los países de la UE para acordar el texto final (conocidos como diálogos tripartitos) comenzarán el jueves (8 de junio) en un intento por garantizar que la ley entre en vigor a principios de 2024.

Pero las negociaciones no serán fáciles.

La inclusión de los actores financieros, las obligaciones de responsabilidad de las empresas y las disposiciones sobre el acceso a la justicia para las víctimas ocuparán un lugar destacado en la agenda de los triálogos, dijo la eurodiputada socialista holandesa Lara Wolters, después de la votación plenaria.

Aunque la carga de la prueba sigue recayendo sobre las víctimas, los eurodiputados han reducido los obstáculos para acceder a la justicia para las víctimas, en comparación con la posición de los estados miembros.

Según la posición del parlamento, la ley también permitiría a las víctimas llevar a una empresa a los tribunales en la UE si no cumple con la ley, incluida la representación de la sociedad civil en los tribunales y el derecho a acceder a las pruebas en poder de las empresas.

¿Externalizar la debida diligencia?

Mientras tanto, persisten las preocupaciones sobre si esta ley podría incentivar a las empresas a continuar subcontratando sus obligaciones de diligencia debida a terceros en lugar de integrarlas en sus procesos y operaciones internas.

Los eurodiputados quieren incluir en la próxima ley criterios específicos y estándares mínimos para garantizar una auditoría de calidad, pero los grupos defensores temen que la ley de diligencia debida de la UE mantenga lagunas con respecto a la responsabilidad de las empresas de auditoría social.

“No está muy claro cuán responsables serían las empresas de auditoría social en [a] caso de violacion de derechos humanos[s] ocurriendo en situaciones que habían auditado positivamente”, dijo a EUobserver Muriel Treibich, activista de la ONG Campaña Ropa Limpia.

Por ejemplo, la firma de auditoría italiana RINA Services se negó a asumir la responsabilidad cuando la fábrica certificada de Ali Enterprises en Pakistán sufrió un incendio que mató a 250 personas en 2012.

Además, la falta de obligaciones de transparencia para las empresas de auditoría también se considera problemática.

Cuando los auditores sociales van a las instalaciones de fabricación para realizar sus auditorías, no tienen la obligación de publicar o informar a los trabajadores, que son los más afectados por posibles violaciones de los resultados de sus hallazgos, explica Treibich.

“La auditoría social (…) busca proteger la reputación y la responsabilidad de las empresas, en lugar de buscar genuinamente cómo se respetan los derechos humanos en una situación determinada y apoyar los derechos de los trabajadores”, advirtió.

La ley obligará a los países de la UE a establecer autoridades nacionales responsables de verificar si las empresas cumplen con las nuevas reglas. Las empresas se enfrentarán a multas si se descubre que infringen la ley.

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