Por qué las universidades deben cambiar | Nueva Europa

Una de las lecciones más importantes de la crisis pandémica ha sido el contexto de cambio en nuestra sociedad y en nuestra economía. Los ciudadanos y las instituciones estarán obligados a definir un nuevo contrato de confianza que se centre en un nuevo proceso de creación de valor. La innovación y el espíritu empresarial serán los nuevos facilitadores de la competitividad después de esta crisis. Por tanto, es fundamental movilizar universidades, empresas y otros actores para mejorar su nivel de competitividad.

La experiencia universitaria se ha ido consolidando cada vez más a lo largo de los años y, en un momento de crisis, se encuentra con la posibilidad real de poder generar un nuevo tipo de impacto en la sociedad. Las universidades deben adoptar un proceso estratégico de cambio para ser operadores efectivos en nuestras comunidades.

La experiencia universitaria pone en colaboración: educación, innovación y emprendimiento. Luego ofrecen nuevas soluciones a diferentes problemas. La experiencia universitaria debe ser entendida por gobiernos y empresas como un soporte a la nueva agenda social y económica.

Las universidades deben poder ser plataformas para una sociedad más emprendedora y centrada en nuevas áreas de conocimiento y sectores de valor. Los ejemplos dados por la mayoría de las universidades en Europa, con su enfoque en clústeres de alto valor agregado y asociaciones sólidas con multinacionales y nuevas empresas, es un buen ejemplo de una nueva asociación estratégica para el futuro.

Esas universidades deben impulsar con confianza a los demás interesados ​​por un proceso inteligente de convergencia de los ecosistemas de innovación.

Las universidades impulsan un nuevo conjunto de estudios orientados al valor añadido real de las empresas en el mercado, apoyados en el conocimiento estratégico y la experiencia de directivos y doctorados de las universidades. El enfoque en la innovación y el conocimiento como motores de creación de valor agregado con difusión internacional es un desafío para todos los centros de aprendizaje.

Varios institutos europeos de educación superior tendrán la posibilidad de desarrollar sólidas redes estratégicas de conocimiento con diferentes áreas del mundo, incluidas Asia y América del Sur. Estas redes estratégicas deben ser la respuesta práctica a la mayoría de las dificultades que tendrán nuestras economías una vez que termine la pandemia. Esto reposicionará las cadenas de valor cuando se trata de una nueva agenda más colaborativa.

La calidad de una educación eficaz debe ser la nueva ventaja competitiva de todas las universidades, impulsada por una idea global de valor añadido y excelencia. El acto de participación global en una sociedad tan exigente es un ejercicio entre la creatividad individual y la cooperación colectiva. La colaboración práctica de empresas relevantes y universidades / centros de innovación debe ser la ambición estratégica de todos los institutos educativos, que también deben proporcionar un compromiso inteligente entre su rol local y su ambición global.

La experiencia universitaria es un aporte importante a la sociedad y debe brindar respuestas efectivas a los diferentes actores del sistema. Su contribución será más importante a medida que este mensaje sea mejor entendido por aquellos que están profundamente involucrados en el proceso de reiniciar el papel de una universidad.

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