Cómo las abejas robóticas y las colmenas podrían ayudar a la especie a defenderse

Cómo las abejas robóticas y las colmenas podrían ayudar a la especie a defenderse

Schmickl, quien ahora dirige el Laboratorio de Vida Artificial en la Universidad de Graz en Austria, no estaba equivocado. Estudios en varias partes del mundo han encontrado desde entonces que las poblaciones de insectos están disminuyendo o cambiando. Después de trabajar en el campo de la robótica de enjambres durante varios años, utilizando la naturaleza para inspirar a los robots, Schmickl decidió cambiar su trabajo y diseñar robots para ayudar a la naturaleza, un concepto que él llama piratería del ecosistema.

Se está centrando en las abejas. Las abejas melíferas y otros polinizadores enfrentan la pérdida de hábitat, la exposición a pesticidas y otros desafíos, y Schmickl cree que acudir en su ayuda podría ayudar a fortalecer ecosistemas completos. Algunas empresas ya ofrecen colmenas mejoradas que monitorean las condiciones en el interior, o incluso cuidar robóticamente a las abejas. Ahora Schmickl y sus colegas quieren dar un paso más y utilizar la tecnología para manipular el comportamiento de los insectos.

Hablando al enjambre

El equipo de Schmickl está construyendo prototipos de colmenas como parte de un proyecto financiado por la Unión Europea llamado hiveópolis

. Una de las colmenas del grupo se asemeja a un tronco de árbol estilizado, similar a un árbol hueco donde las abejas podrían anidar en la naturaleza. En un esfuerzo por utilizar materiales sostenibles, esa colmena está hecha de arcilla impresa en 3D y de hongos cultivados en posos de café reciclados, dice Schmickl.

Las colmenas prototipo están equipadas con sensores y cámaras, así como con dispositivos que pueden crear vibraciones dentro de la colmena y ajustar la temperatura o el flujo de aire. Estas herramientas podrían, en última instancia, dirigir los patrones de tráfico de las abejas: los experimentos de Schmickl han demostrado que la vibración ralentiza a las abejas, mientras que el aire en movimiento las alienta a alejarse.

El colaborador de Hiveopolis, Tim Landgraf, profesor de inteligencia artificial y colectiva en la Freie Universität Berlin de Alemania, está trabajando en otro tipo de herramienta para estas colmenas: una abeja robótica danzante.

Cuando las abejas melíferas reales regresan de buscar comida, realizan un característico “baile de meneo” que comunica la ubicación de la comida. Otras abejas se unen a los bailes de los recolectores, y cuando suficientes abejas están haciendo el mismo baile, volarán para encontrar la comida. “Es una especie de proceso de sondeo de opinión”, dice Schmickl.

En investigaciones anteriores, Landgraf construyó un robot que podía realizar un baile de meneo tan convincente que otras abejas lo seguían y, al menos a veces, volaba en la dirección sugerida por el robot. Ahora se está preparando para probar una versión mejorada del robot oscilante y averiguar si puede guiar a las abejas a una fuente de alimento. El robot no se parece mucho a una abeja para el ojo humano. Su cuerpo es simplemente un tubo pequeño y flexible con un “ala” que revolotea. Pero está conectado a un motor fuera de la colmena que puede conducirlo y moverlo por la pista de baile de la colmena.

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