¿Cómo se cultiva el tabaco?
Los bancos de rodillos de invernadero se pueden utilizar para crear estaciones de siembra portátiles con suelo que se esteriliza mediante la quema o el uso de productos químicos que controlan enfermedades, malezas, insectos, plagas y nematodos, entre otros. Las hojas grandes de la planta del tabaco se retiran cuando alcanza el tamaño deseado. Las hojas se pueden colgar de un palito de tabaco o quitarlas a intervalos a medida que maduran.
Luego, las hojas de tabaco se dejan al aire libre durante unas horas y hasta unos días para que se sequen sin quemaduras solares. Esto incluye cambios físicos y químicos en la hoja, incluido el amarillamiento, la coloración y la desecación. Sin embargo, también es común preparar hojas de tabaco al aire con ventilación mecánica con carbón vegetal o gas de petróleo para generar calor. Una vez curado, el tabaco se puede usar para hacer una amplia variedad de puros con diferentes sabores y aromas, como Wild Rum Backwoods.
¿Cómo se cultiva la marihuana?
La marihuana se cosecha en toda la planta para sus múltiples usos. Este proceso tiene tres etapas principales que incluyen la germinación, la vegetación y la floración. El ciclo puede durar alrededor de 26 semanas y requiere luz, aire, nutrientes y suficiente espacio para plantar sus raíces. Donde el gobierno permite que la marihuana se cultive legalmente, la marihuana se puede cosechar tanto en interiores como en exteriores.
Cultivar marihuana al aire libre es significativamente más económico para los cultivadores, al tiempo que expone las plantas a la luz solar directa y a otros elementos naturales. Si bien esto beneficiará al cultivador, algunas condiciones duras pueden hacer que sea imposible que la planta crezca adecuadamente y que el ciclo de crecimiento sea mucho más largo. Asimismo, la marihuana se puede cultivar en un invernadero que ofrece un mejor control ambiental y exposición natural al sol. Los invernaderos también brindan una protección conveniente contra los animales, las plagas y los cambios ambientales extremos.
El cannabis se puede cultivar directamente a partir de semillas o clonando otras plantas mediante poda. Las semillas deben germinarse en toallas de papel húmedas antes de plantar. El aceite es uno de los medios nutritivos más comunes para el cultivo de cannabis debido a sus propiedades excepcionalmente estables que pueden retener suficiente humedad para un mayor crecimiento entre las sesiones de riego. La hidroponía también se puede utilizar para el cultivo de interior al alimentar las plantas con soluciones ricas en nutrientes. Luego, la semilla germinará cuando se coloque a unos 3 mm de profundidad en suelo húmedo y pasará a su fase vegetativa, donde formará raíces, tallos y sus hojas en abanico fácilmente reconocibles.
Tanto el tabaco como la marihuana requieren cuidados especiales para asegurar una cosecha de alta calidad.